Miércoles, 12 de septiembre de 2012 | Hoy
EL PAíS › CRISTINA FERNáNDEZ DE KIRCHNER INAUGURó 923 VIVIENDAS EN LA MATANZA
Entre recuerdos de Néstor Kirchner y un repaso de las obras realizadas, la Presidenta dijo que “aunque muchas veces nos injurien, nos agravien, no nos tiene que importar”. Evitó responder en forma directa a las críticas, pero dio más de una señal.
Con un discurso en el que el contenido emotivo le robó espacio a la política, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner volvió a hablar en público por primera vez desde el jueves pasado, cuando había sugerido, con sorna, a sus funcionarios, que le tuvieran un poco de miedo, algo que despertó una airada reacción opositora. Fue en La Matanza, donde encabezó un acto de entrega de viviendas, entre recuerdos de Néstor Kirchner y un repaso por logros conseguidos en los últimos nueve años que dejó, sin embargo, caer un mensaje que puede leerse en clave política en medio del debate por la posibilidad de que busque en 2015 una nueva reelección. “Quiero decirles, mis queridos amigos, queridas hermanas, mis queridos compañeros y compañeras, que siempre voy a estar al lado de ustedes, desde cualquier lugar”, aseguró la mandataria. También dijo que “aunque muchas veces nos injurien, nos agravien, no nos tiene que importar”.
La presencia del gobernador Daniel Scioli fue otro signo de una distensión, al menos temporal, en las internas. Esta vez no hubo retos para el ex motonauta e incluso la Presidenta le prodigó un halago a la hora de saludarlo al comienzo de su discurso: “Compañero gobernador” fue la fórmula que eligió, como manera de manifestar que la distancia con quien dirige a la principal provincia del país “no es tan grande como anuncian o quieren hacer creer algunos”, según explicaba a Página/12 un viejo operador del kirchnerismo bonaerense. La composición del palco se completaba de forma netamente kirchnerista: el vicepresidente Amado Boudou, el titular de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez; el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido; de Desarrollo Social, Alicia Kirchner; el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, y el intendente de ese partido, Fernando Espinosa. “Para que no se olvide de que está rodeado”, es la explicación off the record.
“Esta Villa Palito, que nació en 1957 –sí 1957–, parece casi una metáfora del país que le tocó gobernar (a Néstor Kirchner), no era diferente el resto del país a esta Villa Palito, tal vez, con distintos perfiles, pero era una Argentina abandonada, una Argentina donde nadie creía en nadie”, destacó la Presidenta ante una multitud de vecinos del barrio Almafuerte (tal la nomenclatura oficial del lugar), en la localidad de San Justo. “Si hay un lugar donde lo siento que él está presente, es precisamente aquí”, señaló, recordando la primera visita del ex presidente a ese barrio, a donde fue a prometer obras de cloaca y agua potable. “Hoy tienen agua potable más de 1.600.000 matanceros, el 94 por ciento”, se jactó.
CFK también destacó que las viviendas fueron construidas por cooperativas de vecinos, que se encargaron de urbanizar calles y otros sitios del barrio, y se permitió bromear con De Vido: “Son más lindas que muchas casas del Plan Federal” que lleva adelante la cartera de Planificación, advirtió. “La forma de cooperativa, en forma organizada, unidos y solidarios es el camino que tenemos que llevar los argentinos para alcanzar los grandes objetivos”, celebró la mandataria, que destacó que “estas 923 casas maravillosas”, más “las más de 150 que están siendo ejecutadas” y otras tantas “que se van a ejecutar” lograrán “dejar urbanizada a la totalidad de Villa Palito”.
La Presidenta convocó a “construir muchas más Villa Palito en la República Argentina porque todavía hace falta erradicar pobreza, erradicar precariedad”.
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