EL PAíS
Elena Cruz, defensora de Videla, puede ocupar una banca porteña
El ascenso de Alberto Fernández al gabinete de Kirchner habilita a la actriz para reemplazarlo. Cruz había defendido a Videla.
Por Laura Vales
Fue el comentario del día en la Legislatura porteña, entre el espanto y el humor ante la fatalidad Argentina:
–¿Viste que entra Elena Cruz?
La actriz que reivindicó públicamente al genocida Jorge Rafael Videla en el verano del 2001, mientras integraba la lista de candidatos para la Capital Federal de Domingo Cavallo, tendrá una banca a su disposición apenas asuma el nuevo gabinete. El escaño que ahora ocupa Alberto Fernández, próximo ministro de Néstor Kirchner, le corresponde en la línea de sucesión.
Cruz, esposa de Fernando Siro, fue en los últimos comicios porteños la candidata 22 en la boleta de la ya extinguida coalición del cavallismo con Gustavo Beliz y un sector del peronismo porteño. La fuerza consiguió en esa oportunidad 20 lugares. Tiempo después renunció a su diputación Víctor Santa María, quien fue reemplazado por Julián Licastro. El próximo espacio que quede vacante deberá ser llenado por Cruz.
En la Legislatura la noticia generó incomodidad y ayer algunos ya estaban pensando qué hacer para impedir la escena de la asunción. “Lo más fácil sería pedalearle el nombramiento. Como a esto lo tiene que tratar la Junta de Etica, lo mejor es demorar el pliego y estirar la designación hasta diciembre, cuando expira el mandato. Con cajonear el tema durante un tiempo alcanza”, sacó cuentas un legislador ante la consulta de Página/12. Los antiguos compañeros de lista a los que llamó este diario pidieron no hablar ante la inesperada vuelta de lo que parecía pasado. En el cuerpo legislativo, de todas maneras, Acción por la República ya no tiene representantes, porque quienes accedieron con su lista tras la caída del ex ministro de Economía buscaron calor en otras fuerzas.
Jorge Argüello (PJ, hoy cercano a Macri), que en su momento encabezó las críticas contra la actriz, desempolvó los casos de Antonio Domingo Bussi, al que la Cámara de Diputados de la Nación no dejó jurar. “Si en la Legislatura decidiéramos rechazarle el pliego, como con Bussi, estaríamos habilitados. El cuerpo es soberano.”
El episodio que puso en primer plano la candidatura de Cruz, su sintonía con la dictadura militar y recordó en plena campaña el pasado de Cavallo como funcionario del gobierno militar ocurrió el 24 de marzo del 2001, cuando se cumplían 25 años del golpe de Estado. Ese día Videla, según denunció la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), salió al balcón de su departamento a saludar a unas treinta personas que lo festejaron, entre las que estaban la actriz y su esposo. Cuestionada en esta actitud, Cruz amplificó la defensa del dictador y lamentó que estuviera preso. También explayó su pensamiento en una serie de reportajes en los que justificó la represión: “En esta terrible guerra sucia urbana las Fuerzas Armadas se largaron a exterminar porque si no hoy estaríamos como en Cuba, haciéndole la venia a no sé quién de la zurda”, dijo entonces, para concluir que “desgraciadamente había que abatir”.
Cavallo, que competía por la intendencia contra Aníbal Ibarra y había sido el mentor del debut político de la actriz, hizo esfuerzos infructuosos para que se bajara y la impugnó ante la Justicia, pero su reclamo no prosperó y Cruz, envalentonada, se aferró a su postulación. No entró solamente porque no le alcanzaron los votos y habrá que ver qué hace ahora.
El titular de Acción por la República de la Capital Federal, José Luis Fernández Valoni, señaló que su partido repudió en su momento sus declaraciones y que desde entonces “no hemos sabido más de ella”. El diputado aclaró que Cruz “nunca fue afiliada” a AR. “Ya dijimos lo que teníamos que decir y para nosotros es un asunto terminado”. Las últimas noticias sobre la actriz, de 75 años, la ubican en Miami promocionando sus clases de teatro, desde donde deberá decidir si vuelve a Buenos Aires para reclamar su banca.