EL PAíS
Radicales, duros para sobrevivir
En medio del temor a que López Murphy licue el partido, la UCR resolvió que no prestará funcionarios para el gobierno nacional.
Por Eduardo Tagliaferro
El radicalismo aseguró que no prestará a ninguno de sus hombres para ocupar cargos en el gobierno de Néstor Kirchner. En el peor momento político de su historia, cuando los radicales se debaten entre la defensa de un perfil propio o impedir la fuga de sus cuadros partidarios, el titular de la UCR, el chaqueño Angel Rozas, aseguró que le darán “un voto de confianza inicial” al nuevo gobierno. También advirtió que esto “no significa darle un cheque en blanco” a Kirchner. En el actual contexto, el apoyo radical aparece como de vital importancia para lograr la aprobación de algunas iniciativas parlamentarias. Por lo menos hasta diciembre próximo, fecha en la que se renovará la composición de ambas cámaras, el radicalismo tiene una representación cercana al 25 por ciento del total, cifra que contrasta fuertemente con el 2,34 por ciento de votos alcanzados en la reciente elección presidencial.
Acompañado por los jefes de los bloques parlamentarios, Carlos Maestro y Horacio Pernasetti y de Pedro Morini, representante de 300 jefes comunales, Rozas aclaró que los radicales que participan del gobierno de Eduardo Duhalde “lo hacen a título personal, sin el consentimiento del partido”. Como pocas y por cierto algo tardía, la mención del chaqueño pretendía tomar distancia del gobierno. Con los guarismos definidos, el abrazo radical a Duhalde es leído por los sectores más críticos como el primer responsable del fracaso electoral.
Para que no quedaran dudas de la nueva posición, Rozas afirmó que “a partir de la finalización de la emergencia política, la UCR tiende a recuperar su verdadera e histórica autonomía: vamos a dar un voto de confianza al nuevo gobierno y al presidente Kirchner”. El lugar en el que se concretará “el voto de confianza” queda en claro que será el Congreso.
En Diputados, la UCR cuenta con 62 diputados sobre un total de 257. La actual fragmentación peronista llevó al titular de la bancada en la cámara baja, el catamarqueño Pernasetti, a sostener que el radicalismo es “la primera minoría en la cámara baja por lo menos hasta el 10 de diciembre”. A diferencia de los peronistas, en el bloque radical las internas no llegan a la fractura. Esto no quiere decir que no las haya. Tres reuniones de unas 5 horas promedio formaron parte de la liturgia autocrítica que siguió a los comicios. En casi todas ellas hubo un presente casi total, cerca de 55 diputados. Las fuertes críticas a Raúl Alfonsín, a Leopoldo Moreau y a Fernando de la Rúa parecen haber quedado atrás. El temor a los estragos que pueda causar una embestida de Ricardo López Murphy es una de las causas que reunifica a los “boina blanca”. Eso, y la presencia de nuevas elecciones.
En los próximos meses el Congreso tendrá que definirse sobre la compensación a los bancos por la pesificación asimétrica, las reformas tributaria y previsional, la coparticipación fiscal, las modificaciones a la carta orgánica del Banco Central y otras cuestiones económicas que se desprenden del acuerdo firmado por Duhalde con el Fondo Monetario Internacional. Pernasetti adelantó que la UCR no sólo está dispuesta a discutir “leyes sino políticas, cosa que no debatimos durante la transición”.
En el Senado los radicales hacen gala de no tener los enfrentamientos y diferencias que padecen entre los diputados. No cuentan que, a raíz del acompañamiento partidario a las leyes que reclamaba el FMI y Duhalde impulsaba, tienen seis legisladores fuera de su bloque. Aunque no lo admitan, destacados senadores de la bancada se mostraron muy asustados por el discurso de Kirchner en el Hotel Intercontinental. Un malestar solo comparable con el que sintieron los miembros de la tropa duhaldista en el Parlamento. Esto no impidió que Maestro reclamara una autocrítica de los justicialistas. “Así como el radicalismo se hace cargo de De la Rúa, queremos escuchar que quienes han compartido el gobierno con Menem –muchos de los cuales están hoy con el nuevo presidente– también comprendan que deben explicitar su responsabilidad. A estos barros llegamos porque estuvieron aquellas lluvias”, afirmó. Parece no haber calma para los radicales.