EL PAíS
Filmus todavía no dijo “sí”, pero ya está preparando sus planes
La casi segura designación del ministro de Educación forma parte de un tramado más amplio entre Ibarra y Kirchner. Qué piensa hacer Filmus con su cartera. Los límites del actual ministerio.
Por Nora Veiras y Santiago Rodríguez
Aunque Néstor Kirchner sigue sin anunciar los nombres de sus colaboradores, Daniel Filmus ya hace planes como ministro de Educación. “El mayor desafío es convencer al resto del gabinete y al propio presidente de la importancia estratégica de la educación y fijar líneas políticas claras para establecer un piso de calidad educativa similar en todo el país”, explicaron a Página/12 estrechos colaboradores del todavía candidato a vicejefe de Gobierno porteño. El pase de Filmus al escenario nacional le asegura a Aníbal Ibarra el apoyo del kirchnerismo a su reelección, aunque lo obliga a designar un nuevo compañero de fórmula y a redefinir los ejes de su campaña ya que su intención era poner el acento en los logros alcanzados durante su gestión en materia educativa. La reemplazante de Filmus en la Secretaría de Educación de la ciudad será la actual segunda del área, Roxana Perazza.
La incorporación de Filmus al futuro gobierno de Kirchner se definió durante el último fin de semana. Ibarra decidió ceder a su compañero de fórmula el viernes pasado, pero la última palabra quedó supeditada a una conversación telefónica con el santacruceño que finalmente tuvo lugar el sábado a la noche. Además de esa charla, el ex fiscal mantuvo una reunión en su casa con el jefe de campaña del santacruceño –y también seguro integrante de su gabinete–, Alberto Fernández. En el encuentro también participaron el propio Filmus y el jefe de Gabinete de la ciudad, Raúl Fernández.
Filmus supo desde un primer momento que no tenía mayor margen para negarse a ser ministro de Educación porque el ofrecimiento de Kirchner era parte de un acuerdo político que implicaba para Ibarra garantizarse el apoyo del kirchnerismo a su reelección. Sin embargo, sus dudas sobre las posibilidades que ofrece la cartera educativa nacional siguen en pie. “Es que en Educación es más lo que se puede decir que lo que se puede hacer. En todo caso, lo posible es fijar una línea en el plano discursivo”, se sinceró un integrante del equipo de Filmus en la ciudad.
En el ministerio Filmus no tendrá a su alcance, como en la Secretaría de Educación porteña, todos los resortes para manejar el área. A partir del proceso de descentralización implementado en las últimas décadas, la función de esa cartera quedó limitada a establecer políticas compensatorias, fijar las líneas de capacitación docente y realizar la evaluación de la calidad educativa, entre otras tareas. En cuanto a las universidades, la Ley de Educación también restringe el margen de maniobra en virtud de la autonomía. En otras palabras, hay cosas para hacer, pero pocas que tengan que ver con la gestión concreta.
Filmus considera –según adelantó uno de sus colaboradores– que “de acá a fin de año habría que evaluar el estado de aplicación de la Ley Federal de Educación”. Su idea es “no hacer hincapié en la cuestión de la estructura (o sea mantener el esquema de primaria y secundaria y el de EGB y Polimodal según funcione en cada jurisdicción), pero sí fijar políticas que permitan establecer un piso homogéneo de calidad educativa”. La otra meta que se plantea es “lograr que se apliquen los Contenidos Básicos Comunes”, desarrollados por la pedagoga Cecilia Braslavsky durante la gestión de Susana Decibe en Educación.
El área de Ciencia y Técnica constituye toda una incógnita para Filmus. Sus allegados comentan que “es correcto que esté dentro de Educación, pero tratar de cambiar lo necesario implica un potencial de conflicto muy alto”. En el mismo plano ponen a las universidades y dicen que “con la autonomía es muy poco lo que se puede hacer para cambiar cosas concretas”.
La llegada de Filmus genera expectativas en los equipos técnicos de Educación, una cartera que en el último año y medio brilló por su ausencia. Muestra de eso es lo que ocurre con las pruebas de evaluación de la calidad educativa: la que se hizo el año pasado no fue censal sino muestral y los exámenes están sin corregir porque Economía suspendió todoslos convenios del Estado, entre ellos el que establecía que la Universidad Tecnológica Nacional hiciera esa tarea. Días atrás los técnicos de Educación se cansaron de esperar, tomaron una muestra de la muestra y empezaron a corregirlos a mano.