SOCIEDAD › REUTEMANN ADMITIO LAS DIFICULTADES
DE SU GOBIERNO EN TORNO DE LA INUNDACION
“La cosa está cada vez más desastrosa”
Con las nuevas lluvias que complican la situación en la provincia, el gobernador reconoció los problemas de su gestión en encauzar las soluciones, aunque anunció la realización de la obra que hubiera impedido la inundación. Hasta insultó a los periodistas.
Por Carlos Rodríguez
Muy nervioso, al punto de responder con un insulto una pregunta de la prensa, el gobernador de Santa Fe, Carlos Reutemann, admitió que la situación por las inundaciones es “cada vez más desastrosa”, agravada ahora por las lluvias. También llueven las críticas al gobierno, incluso de la Iglesia Católica. El titular de Cáritas, Aldo Ducrano, dijo que se vive “un caos total” que sería “un pandemonium” de no ser por las entidades intermedias y el voluntariado. “El gobierno no está organizado para afrontar una situación de catástrofe”, afirmó Ducrano en forma tajante (ver aparte). Ayer, con el agua al cuello, Lole anunció que se hará por fin el tercer tramo de la defensa oeste de la ciudad, que podría haber evitado la gran inundación. El costo de la obra es ínfimo, apenas 45,5 millones de pesos, comparados con los 2100 millones de pesos que el propio Reutemann admite que costará la reconstrucción de la ciudad y con los 3000 millones del presupuesto anual, que podrían haber solventado los trabajos. Ni hablar de los 23 muertos ni de los más de 100 mil afectados.
“¡Pero la puta madre, me siguen preguntando eso!”, exclamó Reutemann, fuera de sí, cuando se lo interrogó sobre presuntos dichos del intendente de Santa Fe, Marcelo Alvarez, cuestionando al Comité de Crisis. Lole fue acelerando con cada pregunta referida a la inexplicable demora en la construcción del tramo 3 de la defensa oeste, culpas que repartió hacia atrás, aludiendo al ex gobernador Jorge Obeid o a la falta de apoyo de la Nación durante la gestión de Fernando de la Rúa. O hacia abajo, sobre el ya citado Alvarez. “Hay que mirar hacia adelante porque así no salimos nunca”, dijo Reutemann y alguien le replicó que es difícil dejar de mirar muertes, destrucción, inoperancias. “Le voy a tirar con un misil”, bramó Lole ante otra pregunta y luego se produjo el estallido del ex aplomado conductor de la provincia. El locutor oficial tuvo que llamar al orden.
Donde también sigue imperando el desorden es en la ciudad, sobre la que ayer llovieron 38 milímetros, suficientes para acrecentar el caos, sobre todo en el predio del club Newell’s Old Boys, en la calle Mendoza, entre San José y Santiago de Chile, a tres cuadras del Hospital de Niños. Allí fueron armadas unas 400 carpas “impermeables” llegadas desde Italia, que fueron instaladas –en contra de la opinión de los expertos de Médicos Sin Fronteras, Médicos del Mundo y la Cruz Roja– para cobijar a varios centenares de inundados que ayer volvieron a quedar bajo el agua y el barro. “La gente no hizo las canaletas para que corra el agua”, dijo un vocero oficial consultado por Página/12, aludiendo al supuesto error de gente que nunca pensó que iba a vivir bajo una carpa.
Anoche, el Comité de Crisis analizaba qué hacer con esos inundados, algunos de los cuales prefieren seguir allí, a pesar de todo, porque al menos están cerca de sus viviendas afectadas. A pesar de esa oposición, unos cien multievacuados –ya pasaron por varios centros antes de llegar a las carpas– serían llevados a edificios públicos que no sean escuelas y a sanatorios privados que desde hace un tiempo están clausurados. Las autoridades del Ministerio de Educación vienen anunciando que las clases podrían reanudarse el 2 de junio y por eso aspiran a desalojar todos los establecimientos educativos donde hay evacuados. El sábado, el juez civil César Canteros ordenó que el gobierno provincial se abstenga de seguir levantando carpas en las cuales se pensaba alojar a unas 4000 personas, por un período indefinido de hasta al menos 180 días.
En cuanto a la reanudación de las clases, voceros de Amsafé, el gremio que agrupa a los docentes, consideraron que la posibilidad es “por demás remota”. Más de 80 escuelas siguen alojando a unos 29.000 evacuados que difícilmente puedan retornar a sus hogares antes del 2 de junio. Hasta ahora, el total de personas alojadas en centros de emergencia suman cerca de 60.000. La cifra viene disminuyendo muy lentamente. La situación se complica más porque el gobierno sigue sin normalizar la distribución de ropa. Sólo se distribuye algo de comida. La nueva titular de Promoción Comunitaria, Celia Arena, seguía ayer haciendo un inventario para evitarque le achaquen irregularidades que podría haber cometido su antecesora en el cargo, Adriana Cavuto, quien renunció al comprobarse que algunos de sus colaboradores habían acumulado víveres en beneficio propio.
Reutemann anunció ayer el llamado a licitación para la construcción de la demoradísima tercera etapa de la llamada defensa oeste, que habría evitado la gran inundación si se hubieran tomado en cuenta los estudios realizados, en 1992 y en 1998, por expertos del Instituto Nacional del Agua (INA) y de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), como ya informara en su momento Página/12. Según Reutemann, esa obra estaba “lista para empezar en 1994” y que se terminó “en 1998”, en sus tramos uno y dos, ya que el tercero, de apenas 23 kilómetros, nunca se hizo. Las culpas, según surge de lo dicho por Reutemann, son del ex gobernador Jorge Obeid, a quien se cuidó de nombrar. La obra tiene un costo estimado de 45.532.326 pesos. La defensa llega hasta la ciudad de Recreo, que también estuvo bajo las aguas durante todo este tiempo.
Luego de admitir que la situación es “cada vez más desastrosa”, el gobernador se lamentó porque “las condiciones climáticas no ayudan”. Entre las obras proyectadas figura el ensanche del puente de la autopista Santa Fe-Rosario que pasa sobre el Salado. Eso había sido recomendado años atrás. Se llegó al despropósito de que el puente nuevo quedara inutilizado y siguiera funcionado el viejo puente carretero. Ese puente pasa sobre el Salado, pero es mucho más ancho. ¡Qué modernos eran los antiguos!