A 39 años del asesinato de José Ignacio Rucci, alrededor de un millar de manifestantes evocó ayer frente a los Tribunales de Comodoro Py al ex secretario general de la CGT. El acto fue convocado por sectores del peronismo disidente, el moyanismo y la central Celeste y Blanca que encabeza Luis Barrionuevo, y logró reunir en un palco junto a la diputada Claudia Rucci (Frente Peronista) al gobernador José Manuel de la Sota, al ex carapintada Aldo Rico, al ex candidato a gobernador Francisco de Narváez, al jefe del gremio de los peones rurales, Gerónimo Venegas, y a referentes de la agrupación sciolista La Juan Domingo. El reclamo convocante era que la Justicia reabra la investigación judicial por el crimen de Rucci, que el juez federal Ariel Lijo cerró luego de concluir que se trató de un homicidio común (ver aparte). Pero el evento se convirtió de hecho en un acto del peronismo disidente.

Sede de los juicios por crímenes de lesa humanidad de la última dictadura, escenario de movilizaciones masivas como la que exigió justicia por el asesinato de Mariano Ferreyra, la avenida Comodoro Py dividida por una pantalla gigante que pasaba imágenes de Rucci se pobló ayer de camperas de Covelia y casacas verdes de camioneros, que se mezclaron con partidarios de Barrionuevo. Sobre el escenario que daba la espalda a la capilla naval Stella Maris se montaron junto a los citados dirigentes el senador puntano Adolfo Rodríguez Saá, el ex gobernador entrerriano Jorge Busti, los diputados del peronismo opositor Eduardo Amadeo y José “Pepe” Scioli, y dirigentes de La Juan Domingo como Baldomero Alvarez o los intendentes de Hurlingham, Luis Acuña, y de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino.

Tras los discursos de Claudia y Aníbal Rucci, el secretario de la CGT Hugo Moyano cargó contra el Gobierno al afirmar que “el pueblo está agotando su paciencia”, porque “en este país está faltando libertad”. “Todo el mundo vive presionado, algunos bancamos las presiones, pero no puede ser; la mayoría de la gente está atemorizada, el Gobierno presiona permanentemente y aterroriza a la gente”, afirmó impávido el camionero. Alertó que “nos viven mintiendo permanentemente, han congelado el aumento del mínimo no imponible, es una injusticia”, y recordó que “los trabajadores y la sociedad en su conjunto tenemos una herramienta que es el voto, en el cuarto oscuro no nos obliga nadie”. “En el 2013 a todos los mentirosos les vamos a dar el castigo que se merecen”, subrayó Moyano sin dar precisiones sobre destinatarios. “A 39 años del asesinato venimos a pedir justicia, porque un país con injusticia no puede ser feliz”, se refirió finalmente al caso Rucci. Sin disimular su visión sobre la autonomía de los poderes, aseguró que “si hay voluntad política se debe resolver en poco tiempo, porque todos sabemos quiénes fueron”.

De la Sota dijo negarse a aceptar que la investigación del asesinato “se cancele” y agregó que “hay que saber la verdad” sobre lo ocurrido. “Vengo muy contento por encontrarme con los compañeros peronistas”, elogió el rejunte opositor. “Hay que pensar en solucionar los problemas”, agregó. Luego apuntó al evento que justificó la foto. “Me niego a aceptar que el asesinato terrible de Rucci se cancele, porque los argentinos siempre nos merecemos saber la verdad, ya que fue injustamente asesinado y vengo a acompañar a la familia”, dijo. Adolfo Rodríguez Saá coincidió con Moyano en que “hay que hacer un esfuerzo de estar unidos” en las próximas elecciones y remarcó que tiene “una posición crítica al Gobierno porque no lleva las banderas del peronismo y no hace justicia social de la forma que planteó Perón”. El Momo Venegas se definió sin medias tintas como “un perseguido político del Gobierno, por causas infundadas”, aclaró. El titular de la Uatre aseguró que “estamos dispuestos a enfrentar lo que sea para defender a los argentinos” y que “vamos a trabajar para unificar a toda la clase política”. El ex gobernador Busti, en tanto, justifició su presencia en el acto por su búsqueda de “la verdad histórica” sobre el asesinato de Rucci.

Hacia el atardecer se realizó una misa en la Catedral de Buenos Aires para recordar al dirigente asesinado. La ceremonia religiosa comenzó pasadas las 19 y contó con la presencia, en primera fila, de Nélida Rucci (la viuda), su hija, Claudia, y Gerónimo Venegas.