Desde Caracas

De traje, Martín Sabbatella esperaba en el hall del hotel en el que se hospedaba Cristina Kirchner a que la comitiva partiera rumbo a la capilla ardiente para participar por segundo y último día del velatorio a Hugo Chávez. El titular de la Afsca conversó allí con Página/12 sobre el legado del líder venezolano para la región, el rol de los medios de comunicación y la denuncia que hiciera horas antes el vicepresidente Nicolás Maduro sobre un supuesto plan para desestabilizar el país.

–¿Cómo vive este momento de cara a la relación argentina con Venezuela?

–Lo vivimos como una combinación de sensaciones, se vive aquí en la calle y lo que expresa el pueblo venezolano. Por un lado, la tristeza por la pérdida de su líder, tristeza que también es de los pueblos de América del Sur, de todos los hombres y mujeres que desde distintos rincones del planeta luchamos por construir sociedades más justas e igualitarias. Esa tristeza se combina con mucha alegría y emoción, con ese abrazo popular a Hugo Chávez para eternizarlo. Sobre todo, la emoción de los sectores más humildes, esos miles y miles que estaban afuera de la escena pública y hoy están en el centro político, social y cultural. Chávez es alguien que dejó una huella profunda en este pueblo, y me parece que queda para siempre en su memoria. También la continuidad está marcada por esos liderazgos muy fuertes, que son fundantes de nuevos momentos históricos y que por lo tanto marcan el futuro hacia adelante. Esto lo hace grande a Chávez: la posibilidad de que su pueblo, sus organizaciones y otros liderazgos lo puedan trascender. No tengo duda sobre la continuidad del proceso revolucionario y bolivariano en Venezuela a través del liderazgo de Maduro. No tengo ninguna duda del aporte de Venezuela al proceso de integración regional junto con otros presidentes y presidentas. Y este proceso de integración se va a profundizar al calor de la memoria de Chávez y de Néstor, y también del rol de los mandatarios actuales. Todos sabemos que el futuro de nuestros países es el que soñaban los próceres, el de una patria grande, San Martín, Bolívar, Artigas, O’Higgins. La marea roja da esperanza.

–¿Cómo evalúa lo que dijo Maduro de que hay un plan de desestabilización de Estados Unidos junto a las oligarquías locales?

–Las derechas y las oligarquías locales, los intereses concentrados, junto con los países que tienen una tradición imperialista y de dominio, quieren marcar el rumbo porque esas derechas sufren este proceso que nosotros celebramos. No hay duda de que pueden hacer todo lo posible para evitarlo y que intentan clausurar estos procesos de transformación profunda que viven nuestros pueblos. Eso pasa en el conjunto de países que han encontrado un camino distinto al que fue el pensamiento único del modelo neoliberal y del Consenso de Washington durante tantos años. Frente a esta denuncia que hace Maduro de que la enfermedad de Chávez habría sido inoculada, a mí me parece importante que se investigue y se pueda saber la verdad. No tengo ningún elemento puntual, pero debe investigarse.

–¿Cómo ve el rol de los medios venezolanos en esta coyuntura?

–En nuestros países, las derechas, impactadas por los procesos de cambio, terminan siendo defensoras de los intereses corporativos y, en este caso, son los intereses corporativos mediáticos, y los medios terminan siendo el brazo más fuerte de esas estrategias de la derecha. Los medios asumen hasta el liderazgo y la articulación de las estrategias de los sectores conservadores. Lo vemos y lo sufrimos en los distintos países, es una característica de la época el lugar que ocupan los medios como la voz articuladora de la derecha, lo vemos en Argentina. La agenda la ponen desde esas estrategias. En definitiva, son herramientas de un mismo poder.