Sábado, 30 de marzo de 2013 | Hoy
EL PAíS › JORGE CASARETTO SE REFIRIO A LA RELACION ENTRE EL GOBIERNO Y LA IGLESIA
El obispo emérito de San Isidro propuso “colaboración” en “las situaciones más conflictivas, como la pobreza”. También pidió un “mejor diálogo entre los argentinos”.
Referentes del ámbito eclesiástico local aprovecharon la asunción del arzobispo porteño Mario Aurelio Poli para opinar sobre el vínculo que pretenden entre la Iglesia y el Gobierno. El propio Poli reclamó el jueves pasado “respeto y colaboración, pero con la debida distancia”, y ayer lo respaldó el obispo emérito de San Isidro, Jorge Casaretto, al manifestar que “el Gobierno es el Gobierno y la Iglesia es la Iglesia”. En el Ejecutivo nacional no les asignan tanta importancia política a esas definiciones y sostienen que algunos medios de comunicación transforman “pequeñas palabras en declaraciones de guerra”. Bajo la gestión del papa Francisco, buscarán acercarse y propiciar un mejor vínculo con los clérigos locales. Dicen, de todos modos, que en términos de peso simbólico “Poli no es (Jorge) Bergoglio”.
“Con las autoridades tenemos dos principios: autonomía y colaboración. El Gobierno es el Gobierno y la Iglesia es la Iglesia, y nos merecemos el mutuo respeto de autonomía”, remarcó Casaretto, respaldando la definición de Poli. Casaretto habló de “colaboración” en “las situaciones más conflictivas en la sociedad, como la pobreza”, y esbozó una clásica consigna de la oposición: “Tengamos mejor diálogo entre los argentinos”.
Para el gobierno que conduce Cristina Fernández, la designación del papa Francisco plantea un nuevo escenario en lo referido a la relación pública con la Iglesia. Fuentes del Ejecutivo nacional le comentaron a Página/12 que desean “empezar con el pie derecho” con el flamante arzobispo porteño. “Si bien Poli no es Bergoglio, nadie puede ignorar que la Iglesia influye”, aseguran, encuadrando sus palabras en una “mirada de la Iglesia que para el Gobierno no ha sido preocupante”. Además adjudican a los medios de comunicación “un alto nivel de incidencia que convierte pequeñas palabras en declaraciones de guerra”.
Por otro lado, celebraron el desarrollo del encuentro entre la presidenta Cristina Fernández y el papa Franciso, que es el puntapié inicial para “una nueva relación en la que el Gobierno va a apostar”. En este sentido, consideraron que “nadie pretende una relación mala con el nuevo obispo” por lo que habrán gestos de acercamiento, que desde lo protocolar podrìan implicar la participación de altos funcionarios en ceremonias importantes auspiciadas por el arzobispo Poli, como el Tedéum que se raliza el 25 de mayo en la catedral de la ciudad de Buenos Aires y al que en los últimos años no asistía ni la Presidenta ni funcionarios de alto nivel, ya que participaban de ceremonias en el interior del país.
Informe: Juan Manuel Frías.
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