EL PAíS › DEBATE
OPINAN CUATRO ECONOMISTAS BRASILEÑOS

¿Es Lula como De la Rúa?

Ganó las elecciones expresando una voluntad de cambio, pero designó a funcionarios ortodoxos en el área económica y hoy, a casi seis meses de gobierno, recibe los cálidos elogios de George W. Bush y de Horst Koehler. Aquí, todo el debate sobre Lula.

No son tiempos tranquilos para el presidente brasileño Luis Inácio Lula da Silva. La política económica de su gobierno es rechazada por varios sectores que la consideran afín a las imposiciones del FMI. Además, miles de empleados públicos se oponen al proyecto de reforma previsional que el gobierno ha presentado ante el congreso. Esta reforma iguala el sistema de pensiones estatal al del sector privado, subiendo la edad para jubilarse y fijando un tope de 840 dólares para las jubilaciones. La semana pasada, cientos de economistas brasileños publicaron dos manifiestos contra la política económica del gobierno, en los que advirtieron que ésta puede llevar al país a una crisis sin precedentes. Pese a todo, las encuestas siguen favoreciendo a Lula, que actualmente goza de un índice de popularidad del 80 por ciento.
El primer manifiesto, firmado por 299 economistas, la mayoría vinculados al PT de Lula, propuso al gobierno “invertir” su política económica a través de la reducción del superávit primario, el aumento del gasto público y el control del flujo de capitales. “Brasil va hacia un callejón sin salida debido a una política que se rindió a la insensatez del totalitarismo de mercado”, decía la carta. El otro documento, firmado por los miembros del Consejo Federal de Economía, alertó sobre “la amenaza real de que el país sufra una crisis sin precedentes” si Lula no cambia su política. El único sector que está de acuerdo con la línea económica del gobierno es la banca brasileña, que aplaude el alza del 22,7 por ciento de la Bolsa, la caída del riesgo país y el aumento de las ganancias de los bancos. “La caída del dólar y del riesgo país no pueden celebrarse en un contexto de inestabilidad social, disminución de las ventas, caída en la producción y aumento del desempleo”, declaró el manifiesto, cuya elaboración fue supervisada por el economista Reinaldo Goncalves, afiliado al PT y director del Consejo Federal de Economía. Los firmantes culpan también a la política de Lula del aumento de la violencia, la caída de la renta familiar y el déficit presupuestario del gobierno.
A pesar de que en su campaña presidencial prometió priorizar la lucha contra la pobreza de Brasil, el gobierno de Lula ha reducido el gasto social en los primeros cuatro meses de este año. Según el diario Folha de Sao Paulo, el gasto público en el sector social entre enero y abril asciende al 10,4 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI), frente al 11,8 por ciento que se destinó en ese mismo período durante la gestión del presidente anterior Fernando Henrique Cardoso. Para ese diario, esa reducción en el gasto social es una muestra de las intenciones del gobierno de Lula, que busca priorizar la solución a los desequilibrios económicos del país.
La reforma a la Seguridad Social consiste en aumentar la edad de jubilación de los funcionarios y reducir sus pensiones. Estas medidas igualan el sistema de jubilaciones estatal con el del sector privado, fijando un tope de 840 dólares en las jubilaciones, mientras que las que superen los 340 dólares serán gravadas con un impuesto del 11 por ciento. Además, el proyecto aumenta la edad para jubilarse en siete años. Aunque ya fue aprobado por una comisión del Legislativo y tiene el respaldo de varios partidos, incluso de algunos de la oposición, los funcionarios públicos exigen que sea retirado y negociado con las centrales sindicales. Pero a pesar del paro general convocado por el gremio de los estatales para el 8 de julio, el gobierno insiste con que no cambiará su propuesta de reforma.
A las duras críticas contra el gobierno se sumaron las del ex presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso, que la semana pasada salió de su silencio para criticar a Lula. “El PT sólo siguió lo que hicimos nosotros en política económica”, dijo. Pero Lula está “exagerando la dosis porque necesita demostrar que no hará lo que decía cuando estaba en la oposición”, señaló. También declaró que el desempleo está creciendo y pronosticó una caída en la actividad económica para la segunda mitad del año. La mayoría de los que votaron a Lula “deben estar desilusionados porque su propuesta era otra. El no fue elegido para hacer esto”, agregó. Y sostuvo que su gestión como presidente “no debe haber sido tan mala porque si no, “¿para qué continuarla? Y ellos están continuando”. Producción: Milagros Belgrano.

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Luiz Inácio Lula da Silva
con George W. Bush en su reunión en la Oficina Oval el viernes: gestos y palabras de elogio y comprensión mutua.
 
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