“Estar secuestrado era no existir”, explicó Rodolfo Novillo, sobreviviente del centro clandestino La Perla, ante el Tribunal Oral Federal Nº 1 de Córdoba, que juzga a 45 represores por delitos de lesa humanidad durante la dictadura. Carlos Busso, que pasó por varios centros de detención, apuntó que la militancia “valió la pena” porque “nuestros hijos están construyendo el país que nosotros soñamos”. Los testimonios se escucharon ayer durante la 35ª audiencia del proceso oral y público en el que se investigan los casos de 416 víctimas, incluidos 162 sobrevivientes. “Que nuestros hijos estén construyendo el país que no-sotros soñamos, eso lo considero una victoria, y a lo mejor suena absurdo, pero si es una victoria quiere decir que valió la pena”, declaró Basso. Contó que fue secuestrado en noviembre de 1976 en el barrio Alberdi, que luego de ser torturado en La Perla estuvo en Campo de la Ribera y fue blanqueado en la cárcel de San Martín. Fue liberado en 1978 y emigró a Italia. Basso dijo que en Campo de la Ribera tuvo como compañero de cautiverio a Braulio López, miembro del dúo folklórico uruguayo Los Olimareños. Regresó al país en 1982 y se instaló en Rosario, donde trabajó en la reorganización política de Montoneros junto a Roberto Perdía, Osvaldo Cambiaso y Eduardo Pereyra Rossi. Apuntó que los últimos dos fueron fusilados en mayo de 1983, en Zárate, por un grupo parapolicial. Alejandro Bardach fue secuestrado en 1976 en el boliche donde trabajaba, en Villa Allende, junto a Pascual Seydell. El operativo fue perpetrado por clientes habituales de ese lugar, entre quienes recordó a José “Chubi” López y José “Sérpico” Buceta. Fueron llevados al Departamento de Informaciones (D2) de la policía, luego a La Perla y La Ribera. Por último declaró Novillo, actual miembro de la Asociación de ex Presos Políticos de Córdoba, quien fue secuestrado en junio de 1976.