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El anteproyecto de Código Civil y Comercial (CCC), reformado y unificado, concitó intensos y acalorados debates, con reproches de los sectores conservadores y, sobre la otra mano, de los más radicalizados, en torno del tema del inicio de la existencia. En el estado actual del debate, en el artículo 19 del CCC se establece el inicio de la vida con la concepción... sin más. Los sectores conservadores propugnan que el embrión sea considerado persona. Los radicalizados bregan por agregar la expresión “en el seno materno” para fincar allí el inicio de la existencia.

Debemos decir que conforme los tratados internacionales de derechos humanos incorporados con jerarquía de cláusula constitucional (art. 75, inc. 22º, C.N.), tanto en la Convención Americana de Derechos Humanos como en la Convención de los Derechos del Niño se entiende, igualmente, el inicio de la vida con la concepción. Ese también ése el criterio del precedente Artavia, Murillo c/ Costa Rica s/fertilización asistida. Los embriones no concitan la tutela de estos tratados internacionales que son la ley suprema de la nación argentina. Otra postura implicaría denunciar los referidos tratados. En el debate sobre el CCC se ha considerado prudente que el tema de los embriones por fertilización asistida sea tratado por una ley especial, dados los avances tecnológicos que harían imprudente una regulación por un código, previsto para un extenso decurso de vigencia temporal.

Ahora bien, estos mismos sectores críticos, con inscripciones metafísicas, han guardado inexplicable silencio frente a temas terrenales, muy preocupantes, como son el de tutelar la función social de la propiedad privada y el debido resguardo a la soberanía legislativa y jurisdiccional argentina en el CCC en debate. Por ello, que más valdrá que los esfuerzos se centren en los temas terrenales, porque son ellos los que tutelarán el futuro de la calidad de vida de los argentinos.

* Profesor titular consulto de la Facultad de Derecho. Universidad de Buenos Aires.