Esta tarde, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner regresará a la Casa Rosada: como hace dos semanas, la mandataria, que por indicación médica trabaja mayormente desde la residencia de Olivos, volverá a la sede del gobierno para tomar juramento y poner en funciones a dos nuevos miembros de su equipo: la ministra de Seguridad, María Cecilia Rodríguez, y el titular de la Secretaría para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar), el sacerdote Juan Carlos Molina. La ceremonia tendrá lugar desde las 10 en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno.

Ayer por la tarde, Fernández de Kirchner tuvo una reunión con Rodríguez (quien hasta ahora se desempeñaba como secretaria de Coordinación Militar de Asistencia de Emergencias en el Ministerio de Defensa), donde comenzaron a delinear los ejes que tomará como prioritarios en su nuevo rol. El problema del narco y particularmente la colaboración entre las fuerzas federales y las provinciales para enfrentarlo aparece entre los desafíos centrales que deberá abordar la flamante ministra en su gestión.

Rodríguez, reemplazante de Arturo Puricelli, es licenciada en Ciencia Política egresada de la Universidad del Salvador, y con anterioridad, se había desempeñado en la Subsecretaría de Participación Ciudadana del Ministerio de Seguridad de la Nación. Además, ocupó diversos cargos en el Ministerio de Desarrollo Social desde 2006 a 2010, donde desa-rrolló una larga relación con el actual secretario de Seguridad y hombre fuerte de esa cartera, Sergio Berni. Se espera que su llegada a ese ministerio logre acabar con los roces entre aquél y los titulares previos de esa área, Puricelli y Nilda Garré.

Aunque los voceros del área aseguraron que no habrá anuncios sobre el equipo que acompañará a Rodríguez en su nueva labor hasta luego de que esta tarde estampe la firma en el acta y asuma oficialmente al frente del ministerio, la flamante ministra se llevaría consigo a algunos de sus colaboradores cercanos en la órbita de Defensa, como Nicolás Abraham y Agustina Brea, pero mantendría buena parte de la estructura actual que trabaja junto a Berni.

Molina es un sacerdote de larga relación con la familia Kirchner y con el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, por su trabajo social en Santa Cruz y en el Chaco, centrado en la recuperación de jóvenes con problemas de adicciones, motivo por el cual se lo designó al frente de la Sedronar. Su nombramiento fue también un guiño a la Iglesia, que hace tres semanas había publicado un documento con una fuerte crítica a la situación actual del narcotráfico en la Argentina, y en conjunto con la designación de Rodríguez implica un relanzamiento de la estrategia oficial en esta materia. Al respecto, la Iglesia Católica ayer emitió otro documento sobre el tema (ver página 10).

Al respecto, Capitanich había anunciado el lunes que “la decisión de la Presidenta de la Nación ha sido, por un lado, separar el componente estrictamente de seguridad pública del componente de recuperación de adictos”. Según el nuevo esquema, la estrategia de recuperación de adictos va a estar a cargo de la Sedronar, que tendrá “una nueva organización desde el punto de vista funcional”, mientras que el aspecto referido a la lucha contra el narcotráfico quedará en manos de Seguridad. En esa cartera especulaban con la posibilidad de que haya también un cambio en los organigramas, para adaptarse al nuevo esquema de funcionamiento.