EL PAíS › TRAMO FINAL DE LAS CAMPAÑAS DE IBARRA Y MACRI

Palos de un lado hacia otro

Ibarra alertará sobre el peligro que plantea al gobierno de Kirchner el proyecto neomenemista que se aglutina alrededor de Macri. El empresario hará hincapié en las publicidades negativas.

 Por Raúl Kollmann

“La gestión de Aníbal Ibarra fue muy mala y la mía va a ser mucho mejor. Se necesita un hombre eficiente.” Esa será la síntesis de la campaña de Mauricio Macri en el tramo final de la campaña electoral. “Acá se elige entre dos modelos: el que está impulsando Néstor Kirchner y el de Carlos Menem y los años ‘90 que representa Macri. Si Macri gana, alrededor de él se va a conformar el polo neomenemista que va a querer gobernar el país y limitar a Kirchner.” Ese será el concepto central de la campaña de Aníbal Ibarra en las dos semanas que faltan hasta la elección del 14 de agosto. Ambos candidatos miran hacia el ballottage y, según trascendió, evalúan la propuesta de enfrentarse en uno o dos debates, pero no en un estudio de televisión sino organizados por una ONG y, tal vez, en un teatro.
En la estrategia de Macri, basada en una abrumadora campaña televisiva, se ratificó la puesta al aire de dos publicidades y se descartaron otras dos. Las que sí se verán son esencialmente negativas, o sea de crítica a Ibarra, pero con un tono más humorístico.
- “Una dedicada a la ciudad limpia. Te limpian la billetera, te limpian la casa. O sea que es contra la inseguridad, pero en tono de humor”, le explicó a Página/12 uno de los estrategas de Macri.
- “El otro corto va a ser sobre los baches, también con ironía”, completó el hombre de Compromiso para el Cambio.
Los cortos que se descartaron –siempre críticos con Ibarra– son más densos y relacionados con la pobreza o el desempleo. Algunos de los estrategas de campaña sostienen que la publicidad negativa no da resultados, sobre todo porque en el último tramo de campaña lo que se necesita es captar los votos de los indecisos, no los votos de la gente que ya dice que va a votar por un candidato. Los análisis siempre demostraron que los indecisos son indefectiblemente más moderados que los decididos y por eso suelen no gustarles las publicidades duras. En la campaña de Macri creen que pasan por encima de ese obstáculo a través de publicidades negativas, pero rebajadas con humor.
En el caso de Ibarra, el concepto predominante será que se van a enfrentar dos modelos. Por un lado, el que impulsa Macri –los empresarios que vivieron y viven a costa del Estado, según sostiene la gente de Ibarra– y que cuenta con las franjas políticas, empresariales, militares y periodísticas que estuvieron con Menem o tienen como objetivo limitar el proceso encabezado por Néstor Kirchner. Por el otro lado están –siempre según la campaña de Ibarra– las listas que llevan a la cabeza a Ibarra y que acompañan al actual Presidente, tanto en la cuestión militar como en la negociación con el Fondo, en el no-alineamiento internacional y en las iniciativas sociales. La idea no es que Kirchner acompañe a Ibarra en actos. El Presidente y el jefe de gobierno están de acuerdo en que sería perjudicial que el santacruceño participe en la campaña, ya que tiene que concentrarse en la gestión de gobierno y, además, porque Ibarra constituyó un amplio frente para confrontar con Macri. Lo único que hará Kirchner junto a Ibarra será aparecer en algunos carteles (ver foto) y en alguna cuestión institucional, firmas de acuerdos, lanzamiento de proyectos o actos por el estilo. En la Casa de Gobierno están convencidos de que Macri no sólo encarna política y económicamente al menemismo sino que una eventual victoria del empresario aglutinaría a su alrededor al lobby político-económico que hoy está a la defensiva debido al 80 por ciento de popularidad que registra el Presidente.
En la cuestión del debate Ibarra-Macri, en los últimos días viene creciendo la idea en los dos candidatos de que no se haga en un estudio de televisión ni en un programa determinado sino que lo organice alguna organización no gubernamental y tenga un carácter más institucional. Se buscarían tres o cuatro periodistas, un moderador y posiblemente se haga en un lugar público –un teatro–, quedando abierta la posibilidad de quelo transmitan los medios que quieran. En ambos comandos parece haber acuerdo incluso en que se hagan dos debates con ese formato.

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Carteles de Néstor Kirchner y Aníbal Ibarra empapelaron ayer paredes y carteleras de la ciudad.
 
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