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“Ahora que está preso, (José Alberto) Hernández tiene que dar muchas explicaciones, porque él fue quien nos dijo que nuestro caso estaba cerrado, pero nosotros pensamos que no es así y que él sabe mucho más de lo que dijo.” Emilse Silva, la mamá de Diego Peralta, el chico secuestrado y asesinado en El Jagüel en julio de 2002, afirmó ayer a Página/12 que la decisión del subcomisario Hernández de entregarse detenido –estaba prófugo desde fines de julio por otro caso de secuestro extorsivo– abre la posibilidad de “investigar a fondo, porque nosotros dudamos más que nunca que los culpables del crimen sean sólo los seis perejiles que están detenidos” por el caso, que fue investigado en su momento por el policía que ahora está preso. Según la versión oficial, Hernández se entregó ayer “porque estaba harto de estar escondido y de la presión policial”. Para impulsar la búsqueda del prófugo, la máxima autoridad de la Policía Bonaerense, el comisario Eduardo Colaci, tuvo que “impartir directivas” a sus seis subordinados inmediatos, a quienes virtualmente intimó para que se esmeraran en el cumplimiento de su deber.
Por el acta, firmada el 30 de julio, Colaci designó al director general de Operaciones Estratégicas, comisario Claudio Omar Smith, para realizar las tareas de “coordinación y responsabilidad operativa para concretar la medida judicial ordenada” por el fiscal Ricardo Bruzzone. Lo que se ordenaba era la inmediata detención de cuatro policías prófugos, de los cuales fueron detenidos tres: Luis Adrián Tochi y Pedro Daniel Fernández –el jueves pasado– y ahora el subcomisario Hernández. Todavía sigue sin aparecer el suboficial Osvaldo Américo Lorenzón.
“Sí, recibimos una orden del comisario Colaci”, reconoció el comisario Smith, quien aseguró que Hernández se presentó detenido “porque dijo que estaba harto de estar escondido y de la presión que estábamos ejerciendo sobre él”. Smith, en declaraciones a este diario, admitió que la responsabilidad de las detenciones recayó en Dirección de Operaciones Estratégicas y, acerca de la situación de Lorenzón, aseguró que el único prófugo “está cercado”. Smith dijo no saber dónde se ocultó Hernández. “Para buscarlo, lo primero que hicimos fue instalarnos en el asiento de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Lomas de Zamora, por cuestiones estratégicas y operativas”.
Según Smith, la búsqueda se centró en tres zonas del país: “La zona sur del conurbano, un sector de la Capital Federal y la Costa Atlántica”. Al mismo tiempo se habían intervenido “teléfonos que eran posibles contactos y eso hizo que terminara entregándose, como él mismo admitió”. La detención de Hernández reabrió las expectativas de la familia de Diego Peralta, que desde comienzos de año tenía dudas acerca de la actuación del subcomisario, ya que la Cámara de Apelaciones de La Plata había puesto en tela de juicio la actuación de la policía, tanto en el caso ocurrido en El Jagüel como en el secuestro del padre del actor Pablo Echarri. Las dos investigaciones fueron encabezadas por Hernández, quien era titular de la Brigada Antisecuestros de Lomas de Zamora.
“Hernández tiene que dar muchas explicaciones, porque como dijo el camarista (Alberto) Durán, cuando el subcomisario estaba detenido por extorsión en la comisaría de Monte Grande, la SIDE lo llamó a él para avisarle que íbamos a pagar el rescate por Diego. ¿Cómo se explica que pueda pasar algo así?”. Emilse Silva, la mamá de Diego Peralta, sostuvo que “desde que se conoció el fallo de la Cámara criticando a la policía, venimos pidiéndole al juez que amplíe la investigación, porque no se puede cerrar el caso con la detención de seis ‘perejiles’. Acá tiene que haber algo mucho más grande y Hernández tiene que saberlo”. La familia Peralta convocó para hoy a una marcha frente a los tribunales de Lomas de Zamora.
Hernández se presentó ayer, acompañado por su abogado, en la sede de la DDI de Lomas. De ser jefe de la Brigada Antisecuestros, ahora pasó a estar preso en una celda. “El delincuente se entregó detenido”, confirmó ayer elcomisario Smith. El subcomisario Hernández será indagado hoy por el fiscal Bruzzone, en una causa que está a cargo del juez de Garantías Tomás Bruno. En la misma causa sigue prófugo el suboficial Osvaldo Lorenzón, quien estuvo vinculado antes con la llamada “Masacre de Wilde”, en la que murieron cuatro personas virtualmente fusiladas por la policía, aunque los 12 efectivos sigue en libertad y algunos de ellos en funciones.
El oficial Adrián Tochi y el sargento ayudante Pedro Fernández “se entregaron detenidos” el jueves pasado y también se dijo que ambos estaban “hartos de estar prófugos”. Al presentarse ante el comisario Smith, el subcomisario Hernández entregó su arma reglamentaria y la credencial que lo identificaba como policía. En el acta mediante el cual se puso a Smith al frente de la búsqueda, se dejó constancia que podía “disponer de cualquier elemento o estamento perteneciente a la Policía de la provincia de Buenos Aires para el cumplimiento de la misión”, algo que a priori parece obvio.
Hernández y todos los miembros de su grupo operativo están acusados de haber detenido ilegalmente a dos personas, de haberlos extorsionado para dejarlos en libertad y de retener como cautivo a una de las víctimas. Esto ocurrió en la misma dependencia donde Hernández cumplía sus funciones como jefe de la Brigada Antisecuestros.