La jueza Sandra Arroyo Salgado, ex mujer de Alberto Nisman, dijo estar convencida de que el fiscal no se suicidó. Así lo sostuvo en la primera entrevista que dio desde que Alberto Nisman fue hallado muerto. “No tenía motivos” para quitarse la vida, sostuvo en el diálogo, y agregó que una decisión de ese tipo “no” entraba “en la personalidad” del fiscal. La magistrada, que es querellante en la causa, confirmó por otra parte que el regreso de Nisman a Buenos Aires “fue sorpresivo” tanto para ella como para su hija, ya que él se lo comunicó “el domingo 11” de enero, es decir con sólo un día de anticipación.

Arroyo Salgado fue entrevistada en la FM Vorterix. A lo largo de la charla, cuestionó varias de las medidas tomadas por la fiscal Viviana Fein. Se quejó por ejemplo de que no hayan esperado a que presentara sus peritos de parte para realizar la autopsia, de que se haya dado difusión hechos que deberían mantenerse bajo secreto de sumario y lamentó que los criminalistas carezcan de tecnología “para despejar hechos en la escena del crimen”.

En este sentido, la jueza dijo tener “la certeza” de que se trató de un homicidio con métodos “muy sofisticados”. “¿Por qué descree de la hipótesis del suicidio?”, le preguntaron. “Por su personalidad”, contestó. “Fundamentalmente, porque entiendo que no tenía motivos. Era una persona que de ningún modo admito (que haya optado por) esa posibilidad. Estaba en un momento excelente con las hijas”, remarcó. También apuntó que “mucho menos” cree en un suicidio “arma de por medio”.

La ex mujer de Nisman confirmó que el fiscal suspendió intempestivamente el viaje de 15 que realizaba con su hija para volver a Buenos Aires. “Mi hija y yo nos enteramos el domingo 11” de enero, contó, “yo tuve un entredicho porque fue todo muy sorpresivo”.

“Fue todo bastante impactante para mí, era un viaje que veníamos programando desde junio y tal vez como yo estaba en desconocimiento de las cuestiones en las que él venía trabajando no entendía muchas cosas y no las podía dimensionar.” La jueza agregó que Nisman le ocultó la verdadera razón por la que regresaba, ya que le dijo “que en realidad estaba volviendo por una operación de la madre”.

Por otra parte, la consultaron por las críticas de la presidenta Cristina Fernández a la Marcha del Silencio. “Respecto de las palabras de la Presidenta, yo no voy a polemizar, no sé a quién estuvieron dirigidas”, dijo Arroyo Salgado sobre el punto, “pero lo único que me gustaría decir es que mis hijas son alegres, son la alegría, son la esperanza. Son unas chicas llenas de energía positiva. Y también trato de transmitirles saber guardar silencio cuando debemos hacerlo”.

Arroyo Salgado habló también de las razones por las que el miércoles marchó junto a su hija mayor y a la madre de Nisman. Contó que su hija le había pedido ir, que una psicóloga le recomendó que así lo hicieran y que además le pareció importante que la adolescente pudiera “dimensionar la importancia del trabajo que venía haciendo su papá”.

La jueza tuvo unas palabras de agradecimiento además hacia el grupo de fiscales que convocaron a la movilización, aunque aclaró que “muchos de ellos no eran amigos de él, tampoco eran afines al estilo de trabajo que él tenía”, y que el agradecimiento era “más allá de las diferencias que en lo funcional yo pueda tener con ellos”. En este sentido, agregó que la participación de su familia “se redujo a rendir un homenaje a la memoria de Alberto por la persona que fue, por el vínculo familiar, el afecto”, y por “su labor profesional, porque es innegable la contracción con la que ejerció su función y la valentía con que lo hizo”.

En cuanto a la causa en la que se investiga la muerte de Nisman, consideró que “no están dadas las garantías como para que se realice una investigación totalmente imparcial, sin riesgos, para cumplir con la búsqueda de la Justicia”, por lo que pidió que intervenga un veedor de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.