Viernes, 28 de agosto de 2015 | Hoy
La etapa testimonial del juicio oral y público por los crímenes de lesa humanidad cometidos en los centros clandestinos de La Perla y La Ribera concluyó ayer tras la declaración de 581 testigos. Con el testimonio del testigo Miguel Andrés Quiroga, el presidente del Tribunal Oral Federal 1, Jaime Díaz Gavier, anunció que concluyó la etapa de recepción de declaraciones iniciada en diciembre de 2012. El último testigo dijo que venía a declarar para “sacarse una mochila” y recordó que entre los años 1976 y 1978 “había bulla sobre que en los hornos había muertos. Yo escuchaba de los mayores. Un día, con mi hermano mayor, por curiosidad, fuimos a los hornos y él con un palo se pone a escarbar... yo me quedo arriba y veo que me tira algo como en chiste y era la mano de una persona... tenía mucho olor, todavía tenía uñas... Parecía la mano de un hombre... Yo tenía 12 años”. Quiroga destacó que después de ese hecho con su hermano nunca más hablaron del tema ni dijeron nada en su casa, ya que les habían prohibido ir a ese lugar. El testigo dijo que finalmente le contó “todo lo que sabía de La Ochoa a Emiliano Fessia”, responsable del sitio de la Memoria La Perla, y “le dije que si se identificaban los cuerpos quería conocer a los familiares para pedirles perdón por haber guardado tanto tiempo el silencio”. Quiroga fue quien guió al Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), que en 2014 encontró restos humanos en los hornos de La Ochoa. Luego se determinó que los restos pertenecían a Luis Santillán, Rosa Gómez Granja, Alfredo Sinópoli y Ricardo Saibene, militantes de la JUP hasta entonces desaparecidos. Ayer también declaró desde Paraná por videoconferencia el médico Osvaldo Francheri, con relación a la causa que investiga la apropiación del nieto de Sonia Torres.
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