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Al final, más de la mitad de los coches del subte que supuestamente se encontraban retenidos en la Aduana estaban en un galpón de Clarín y en el Taller Polvorín. Así se informó ayer en el sitio enelsubte.com, que administran los metrodelegados. Difundida la noticia, Subterráneos de Buenos Aires debió admitir que de los 30 coches adquiridos, hay 18 en esos galpones y sólo 12 en la Aduana. No obstante, volvieron a culpar al gobierno nacional porque los trenes todavía no estén funcionando.

El Gobierno de la Ciudad había denunciado, justamente a través de una nota en Clarín, que el Estado nacional mantenía retenidos en la Aduana “30 coches” para la línea C, en referencia a los Nagoya 5000 adquiridos de segunda mano en la ciudad japonesa con ese nombre. Pero el portal aseguró ayer haber comprobado que “sólo 6 de esas 30 unidades permanecen en el puerto: las 24 restantes se reparten en un galpón de la calle Agustín Magaldi, en Barracas, que el gobierno porteño le alquila al grupo Clarín a un valor de un millón y medio de dólares por año, y el Taller Polvorín del Subte, ubicado en Caballito. En el predio de Barracas, donde también se almacenan algunas unidades de los polémicos coches usados CAF 6000 que todavía no han sido puestos en servicio en la línea B, se ha montado un fuerte operativo de vigilancia privada, con presencia permanente de guardias y cámaras de seguridad y hasta refuerzos de la Policía Metropolitana en la zona para los traslados de coches. Así sucedió días atrás cuando llevaron un coche cabina hasta Polvorín”.

Los metrodelegados se mostraron sorprendidos porque dicen que “no parece haberse puesto el mismo celo en custodiar las unidades que se encuentran en el Taller Polvorín, también previa estadía en el galpón de Clarín, que fueron fotografiadas libremente por más de un curioso el sábado pasado, cuando se abrió el taller para que fuera recorrido por el público como parte de la Noche de los Museos. Estos testimonios dejan sin sustento la denuncia del gobierno porteño y también se diluyen las declaraciones del presidente de Sbase, Juan Pablo Piccardo, quien había manifestado que “es inaceptable que el Estado nacional trabe coches y perjudique a tantos usuarios, necesitamos un Estado activo y eficiente, no uno arbitrario”.

Los coches guardados en el galpón de Clarín fueron “ploteados” con el color institucional del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, y su identidad corporativa para el Subte, lo cual evidencia la libre disponibilidad del material rodante. Desde enelsubte se preguntan si acaso el titular de la empresa que administra el Subte desconocía que los coches comprados no estaban retenidos, y por qué no habría sucedido lo que denunció en el caso de los coches Alstom brasileños que recibió recientemente la línea H. A modo de conclusión, indicaron que “quizás la transferencia de responsabilidades sea la única reacción posible al momento de intentar explicar el hecho de que la actual gestión ha sido incapaz de ponerlos en servicio pese a haberlos recibido hace casi un año”.

Horas después, en un comunicado, Sbase confirmó que no son 30 sino 12 los coches retenidos en el puerto y admitió que los restantes 18 están en los talleres mencionados. Sin embargo, siguió culpando a la Aduana por las demoras en la puesta en marcha, aduciendo que “el gobierno nacional no firma los certificados correspondientes”, como si los coches no hubieran ya sido nacionalizados, trasladados y modificados. La publicación de los metrodelegados aclara que la Aduana no tiene potestad alguna sobre los mismos.