La jueza federal María Romilda Servini de Cubría procesará en los próximos días al imputado estrella Ibar Pérez Corradi por todos los delitos relacionados con el tráfico de efedrina. La magistrada demorará un tiempo más en resolver la situación procesal de Pérez Corradi en lo referido al triple crimen de General Rodríguez ya que quiere sumar más pruebas respecto de esos asesinatos. En el juicio oral en el que fueron condenados los hermanos Lanatta y los hermanos Schillaci a reclusión perpetua por ejecutar a Sebastián Forza, Leopoldo Bina y Damián Ferrón, los tres jueces dejaron asentado que la masacre se produjo por orden de Pérez Corradi, quien vio peligrar su ilegal negocio de proveer de efedrina a narcos mexicanos. En la misma causa, Servini recibió dos declaraciones del llamado rey de la efedrina, Mario Segovia. En la primera, el condenado apenas contó cómo era la operatoria con el precursor químico y no mencionó a Aníbal Fernández. Pero 24 horas después, en la segunda declaración, se apareció con un discurso armado en el que mencionó al ex ministro vinculado a un depósito fiscal y no dijo que lo conoció ni que lo vio personalmente. Su abogado se presentó posteriormente para entregar un papel, supuestamente escrito por un colaborador del ex ministro, sobre cómo concretar una portación de armas. No hay evidencia de que la nota tuviera como destinatario a Segovia. La movida resultó extraña para la jueza ya que el narco pudo haber usado la imputación contra Fernández para acogerse a la ley del arrepentido, pero no lo hizo ni en el juicio de 2012 ni en los últimos cuatro años en que la apelación fue tratada por la Casación. Segovia fue condenado a 14 años de prisión y la condena ya fue confirmada por Casación en junio de este año.

Pérez Corradi fue traído de Paraguay con gran show a principios de julio y se esperaba una espectacular declaración contra el anterior gobierno y, en especial, contra Aníbal Fernández. Nada de eso ocurrió: para involucrar al ex jefe de Gabinete, Pérez Corradi sólo pudo citar como fuente al fallecido Sebastián Forza, es decir que dio una versión incomprobable. Lo mismo sucedió con el resto de sus dichos, salvo los referidos a la efedrina.

La declaración de Pérez Corradi produjo una verdadera guerra dentro de la AFI porque el narco terminó despachándose contra el ex senador radical Ernesto Sanz, a quien acusó de recibir 200.000 dólares para impulsar el juicio político contra el juez Federico Faggionato Márquez. Según Pérez Corradi, el que puso el dinero de esa supuesta coima fue Mario Segovia, el rey de la efedrina. Pérez Corradi no presentó prueba alguna, pero, aún así, la declaración produjo una explosión dentro de la AFI porque los grupos de inteligencia enfrentados se acusaron mutuamente del fracaso de la Operación Pérez Corradi.

Procesamiento

El próximo paso que dará Servini de Cubría será procesar a Pérez Corradi por el tráfico de efedrina. Respecto de ese delito, está claro cómo el narco consiguió la efedrina: fue a través de droguerías que armó o compró. Esas empresas importaron el químico desde la India y China.

El vacío mayor está en la forma en que la efedrina se despachó a México. En este rubro, Pérez Corradi dio un par de nombres, pero no se sabe si esos mexicanos existen.

Para más adelante, Servini dejará la imputación de Pérez Corradi por el triple crimen. El narco alega que efectivamente Forza, Ferrón y Bina le debían dinero y sostiene que no tenían envergadura para competirle. En el juicio oral por el triple crimen de General Rodríguez, los tres jueces sostuvieron que Pérez Corradi ordenó los asesinatos porque “había que desplazar de modo absoluto y definitivo a quienes se perfilaban como competidores en el negocio ilegal de la efedrina”.

Sorpresa

En el marco de la investigación y dada la versión de la supuesta coima de Mario Segovia a Ernesto Sanz, la jueza mandó a llamar al rey de la efedrina, alojado en el penal de Ezeiza. En su primer declaración, Segovia se mostró sorprendido y habló muy lateralmente de Aníbal Fernández diciendo que creía que estaba vinculado con un depósito de la Aduana. Era un rumor que le había llegado, contó.

Sin embargo, en una segunda declaración apareció con otro tono. Según cuentan quienes estuvieron presentes, Segovia mencionó a Fernández, pero no refirió ningún encuentro personal ni relató una supuesta visita al Ministerio de Justicia. Esa historia, en sí misma, no tiene credibilidad. Lo que sí ocurrió es que Segovia hizo una referencia más concreta –sin pruebas– a vínculos de Fernández con la Aduana.

Al día siguiente de la segunda declaración, el abogado de Segovia, José Velázquez, entregó un papel en el que –según él– aparecería la letra de un secretario de Fernández dando instrucciones sobre cómo conseguir rápidamente una portación de arma de fuego. No hay ninguna evidencia de que la nota fuera para Segovia, es decir que podrían ser instrucciones para cualquier persona y tampoco hay ningún dato que indique que Fernández tenía conocimiento de ese texto, aparentemente redactado en 2006.

En el anverso, habría otras indicaciones, incluyendo una referencia a un reloj Rolex y un supuesto movimiento de 150.000 dólares para “la Morza F” (sic), pero siempre redactadas por otra persona, ya que habla de recordarle a Aníbal tal o cual cosa. Las anotaciones informales parecen incongruentes porque hablan de Aníbal F, algo que tiene poco que ver con un secretario, que no necesita poner la letra inicial del apellido. De todas maneras, la jueza y el fiscal Juan Pedro Zoni avanzarán en las próximas semanas en la comparación de ese papel con cuerpos de escritura de los secretarios del ex ministro, aunque no aparece en el texto ninguna referencia a la efedrina ni a Segovia ni a Pérez Corradi.

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