Domingo, 9 de octubre de 2016 | Hoy
EL PAíS › LA DISPUTA ENTRE LOS MACRISTAS Y CANO POR EL PLAN BELGRANO
Cano está a cargo del plan de infraestructura para el norte, pero no le asignaron partidas en el presupuesto y las obras se reparten entre ministros PRO. El hecho molestó al radicalismo, relegado otra vez al rol de aliado menor.
Por Werner Pertot
La presentación del proyecto de Presupuesto 2017 dejó expuesto lo que se rumoreaba: no hay una partida abultada para el Plan Belgrano, que sea manejada por el radical José Cano. Las obras se reparten entre distintos ministerios y al aliado macrista le queda la tarea del seguimiento. La distribución de recursos y de cargos vuelve a poner a la UCR en el rol de aliado menor. En el entorno de Cano niegan que haya malestar, ni internas con los ministros de Transporte, Guillermo Dietrich, y del Interior, Rogelio Frigerio. Tras una pelea con el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, que no fue muy bienvenida en el oficialismo, Cano advirtió que no va a renunciar. De todas formas, podría dejar el cargo en 2017 para ser candidato en Tucumán. En el macrismo ni siquiera está seguro de que ocupará ese lugar. Hay quienes piensan en ponerlo a competir con el peronista Domingo Amaya, su ex compañero de fórmula y actual secretario de Vivienda.
El Plan Belgrano surgió como una de las promesas de campaña del presidente Mauricio Macri, luego de que los números le fueran adversos en el noroeste del país. Concretamente, el plan consisten en una inversión para subsanar inequidades en el NEA y NOA. El programa abarca las provincias de Salta, Jujuy, Tucumán, La Rioja, Catamarca, Misiones, Corrientes, Chaco, Formosa y Santiago del Estero. La promesa inicial fue invertir 16.300 millones de dólares en infraestructura (rutas, vías, aeropuertos) en cuatro años y 50 mil millones de pesos en un fondo de reparación histórica de la región.
Esto hacía parecer que Cano iba a manejar un presupuesto fastuoso. Sin embargo, las obras recién serían presupuestadas en 2017, según aseguraron en el Gobierno a comienzos de este año. Con la aparición del detalle del presupuesto del año próximo, la realidad chocó con la promesa: no había una partida que reuniera esas obras bajo el ala de Cano. Estaban repartidas –se argumentó– en distintos ministerios. Sólo aparecían 86 millones del Plan Belgrano dentro de las partidas de jefatura de Gabinete.
Tras la difusión de los datos, circuló la versión de que Cano estaba enojado por la poca participación que tenía en las inauguraciones. El malestar era, supuestamente, con Frigerio y Dietrich, que presentaban las obras junto a los gobernadores locales. La versión incluía una serie de actos en los que Dietrich le ganó de mano: en la reanudación de las obras del Belgrano Cargas, con tren troncal para el noroeste argentino y en el lanzamiento de un plan de conectividad en Chaco.
Desde el entorno de Cano hicieron lo posible por ahuyentar los rumores de internas. “No hay internas con Dietrich ni con Frigerio. No sabemos de dónde sale eso”, insistieron. “La relación con Dietrich es inmejorable. Han viajado a hacer anuncios juntos. Lo mismo con Rogelio. Puede haber distintas miradas sobre diferentes temas. No quiere decir que haya internas”, aseguraron.
Si bien no lo califican como una interna, en el macrismo ubican el malestar de Cano entre los reclamos habituales de los radicales. “Hace nueve meses que los radicales nos discuten cargos”, dicen en la Rosada, con cierto fastidio. Sobre Cano, pesa un reproche puertas adentro que se puede resumir en la frase que un funcionario utilizó para describirlo: “Quiere estar en la foto, pero le escapa a la gestión.”
Para despejar las dudas, en su visita al Congreso la semana pasada Frigerio se comprometió a presentar un anexo con la planilla de todos los recursos destinados al Plan Belgrano.
“En el Presupuesto 2017, más del 40 por ciento de la obra pública sobre hábitat y vivienda está destinada a las provincias del Plan Belgrano”, aseguró. Defendió haber desguasado el Ministerio de Planificación y destacó que la tarea de Cano es hacer el “seguimiento de la obra pública”.
“Puede ser que quiera más presupuesto y más cargos. Tendría que estar más recorriendo las obras”, indican. En el entorno de Cano sostienen que el dirigente no tiene intención de licitar las obras ni manejar una mayor estructura. “El nunca quiso manejar los presupuesto de las obras. Uno a lo mejor siempre quiere tener más estructura para estar más suelto, pero es lo que se puede tener”, sostuvieron. Y advierten que la relación con Macri es inmejorable: va todas las semanas a Olivos a jugar los picaditos de los funcionarios.
En la Rosada, indican que el Cano quiere candidatearse en Tucumán, adonde compitió por la gobernación y terminó denunciando fraude. “Su problema es que no tiene ordenada la tropa propia”, advierten. Para sumar pesares, parte del PRO piensa en acompañar al peronista Amaya para que le dispute en internas a Cano. En el entorno del titular del Plan Belgrano no niegan sus aspiraciones electorales: “Si le piden, va. Hace una semana, ganó las internas con el 70 por ciento. Si hay un candidato que puede ser, es él”, destacan.
Lo que claramente no cayó bien en la Rosada fue la pelea pública con Urtubey, a quien los negociadores parlamentarios del PRO consideran “un aliado estratégico”. “Nadie lo acompañó en esa discusión. Se quedó solo”, interpretan en Balcarce 50. Todo comenzó cuando Cano dijo que Urtubey “gobierna mal hace más de nueve años Salta”. Le siguió una escalada de réplicas de sectores a los que el oficialismo cuenta entre los dialoguistas. “No entendemos por qué el Plan Belgrano no tiene imputación propia en el Presupuesto. Hasta ahora es una simple planilla de Excel”, sostuvo el diputado salteño Pablo Kosiner. Luego fue más allá: “Cano no debería seguir al frente del Plan Belgrano. Se tiene que dedicar a hablar menos y trabajar más para que se lleven a cabo las obras. Hasta ahora en Salta no iniciaron una sola obra del Gobierno nacional”. Cano, por supuesto, negó que vaya a renunciar. “Hubiera sido bueno que tenga la misma vehemencia con De Vido o con López, y muchas más obras estarían hechas”, le retrucó Cano.
Por su parte, el diputado justicialista Diego Bossio se refirió a la “ineficiencia absoluta de quienes están a cargo del programa”. La frutilla del postre fue la respuesta de Urtubey, quien lo acusó de tener “actitudes patoteriles”. “Me veo en la obligación de responder a las declaraciones de Cano. Es lamentable su falta de información, pero no me sorprende ya que la ha demostrado en la planificación del Plan”. “El Plan Belgrano no es un premio de los ricos a los pobres, es una obligación del Estado nacional respecto a las provincias postergadas. Existe un enorme problema de impericia para su ejecución. No se trata de demoras, se trata de errores importantes”, remarcó. “De un hombre como Cano, que no respeta la opinión del pueblo salteño expresada en tres elecciones consecutivas, nada se puede esperar respecto a su trabajo por ese mismo pueblo”, destacó.
En el oficialismo optaron por dejar enfriar la polémica. Hay quien dice que no hizo falta que Macri le llamara la atención por la disputa. En la fila, estaba antes el gobernador radical Gerardo Morales.
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