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Un falso antagonismo
Por Luis Bruschtein
Una deuda se discute entre deudores y acreedores, el salario entre trabajadores y empleadores, los precios entre compradores y vendedores. Hay intereses diferentes. La inseguridad no se discute entre delincuentes y ciudadanos honrados. Se supone que no hay intereses diferentes en esa polémica, las distintas posiciones tienden al mismo fin.
Sí existen percepciones diferentes sobre el mismo problema y hay posiciones distintas del punto de vista conceptual. En esos dos niveles el debate puede ser fructífero en la medida que se piensen soluciones para la sociedad en su conjunto y no sólo para tranquilizar a la franja social más sensibilizada por el tema, y en tanto no se convierta en una esgrima entre posiciones dogmáticas cerradas.
También se juegan intereses políticos que sólo tocan en forma tangencial esta problemática. Algunos medios de derecha creyeron que la marcha del jueves reivindicaba su visión de la vida y la usaron para desatar una campaña histérica contra los que no piensan como ellos. En coincidencia, algunos pícaros ex servicios de inteligencia y de la Bonaerense hicieron lo mismo. Se trata de tergiversar posiciones, mentir y denostar, ocultando sus propios intereses en una supuesta defensa de la seguridad.
Hay un ubicuo sitio de Internet, el Seprin (Servicio privado de inteligencia), que exaltó la marcha del jueves para contraponerla con la del 24 de marzo en repudio al golpe militar y para expresar sus puntos de vista sobre “la basura setentista”. El Seprin está conformado con boletines típicos de los viejos servicios vinculados con represores de la dictadura, carapintadas y expulsados de las fuerzas de seguridad. El mensaje es obvio y burdo, ningún periodista profesional le otorgaría credibilidad.
El problema no es Seprin, tan previsible, sino cuando algunos medios tienden a reproducir esa misma línea editorial, como sucedió con Ambito Financiero que en su cobertura de la marcha insistió en contraponerla con reclamos legítimos de otros sectores de la sociedad y dedicó una página a defender a la Bonaerense frente al reclamo de la multitud que se reunió el jueves. Es un enfoque ideologizado e interesado que desnaturaliza el fondo de la discusión.
Antagonizar el reclamo por la inseguridad con el de los derechos humanos es un error. De lo que se trata desde los derechos humanos es que la prevención y represión del delito no desemboque en una sociedad autoritaria y más injusta como quieren los que buscan instalar ese antagonismo.