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EL GOBIERNO YA FIRMO CON VENEZUELA Y YA NEGOCIA CON BRASIL
Kirchner sueña con la petrosociedad
Página/12 anticipa un punto clave del paquete de energía que el Gobierno lanzará el 3 de mayo: Kirchner impulsará la asociación del Estado argentino con las empresas estatales de petróleo de Venezuela y Brasil para contar con una firma testigo en el mercado local e incluso lanzarse a la exploración de petróleo offshore.
Por Martín Granovsky
El Gobierno empezará mayo con un anuncio para ir calentando junio. El 3 de mayo anunciará un plan energético de mediano plazo. Página/12 pudo saber que el presidente Néstor Kirchner dio instrucciones de acelerar los estudios y las negociaciones para incluir un tema que marcará una gran novedad en el mercado nacional de energía: una asociación estatal con las empresas Petróleos de Venezuela y Petróleo Brasileiro para comenzar trabajos en conjunto.
PDVSA, fundada en 1976, y Petrobras, creada por el presidente Getulio Vargas en 1953, son empresas estatales. La Argentina carece de una empresa similar desde la privatización de Yacimientos Petrolíferos Fiscales, creada en 1922 por Marcelo T. De Alvear y privatizada 70 años después por Carlos Menem. En 1999 se completó el proceso de pase a manos particulares, cuando la mayoría de las acciones quedó bajo control de la española Repsol, desde ese momento llamada YPF Repsol.
Los técnicos del Ministerio de Planificación Federal de Julio de Vido están analizando variantes para formar una contraparte argentina de PDVSA y Petrobras. Una posibilidad es asociar a la venezolana y la brasileña directamente con empresas provinciales de energía. De Vido conoce el tema de primera mano porque fue ministro de Economía de Santa Cruz cuando Kirchner era gobernador y esa provincia tiene una firma estatal. Pero también la provincia de Buenos Aires la tiene, y las chances de formar sociedades son infinitas.
Una facilidad es que Petrobras ya está en la Argentina luego de comprar Pérez Companc.
Otra ventaja que simplificaría las negociaciones es que ya hay un principio de acuerdo con PDVSA.
A principios de abril, De Vido estuvo en Venezuela, donde volvió con un acuerdo para intercambiar energía por agroindustria y otros productos argentinos.
En ese momento la noticia más impactante fue que PDVSA proveería ocho millones de barriles de fuel oil y un millón de barriles de diesel por si la Argentina necesitaba completar su oferta de energía ante la eventualidad de una crisis en el invierno.
Pero el convenio integral firmado por De Vido y su colega venezolano, el ministro de Energía y Minas Rafael Ramírez, tenía un artículo cuarto que ahora cobra relevancia.
Dice textualmente: “El Ministerio de Energía y Minas de la República Bolivariana de Venezuela y el Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios de la República Argentina establecerán mecanismos de consulta permanentes para la evaluación de inversiones y participación de PDVSA y otras empresas venezolanas así como empresas argentinas, en el sector energético y minero, según las legislaciones de ambos países, y en otras áreas de interés, en aras de la integración regional”.
–¿El proyecto es recrear YPF? –preguntó Página/12 a un alto funcionario que pidió reserva de su identidad.
–No, es comenzar con una empresa donde el Estado nacional pueda tener una acción de oro.
En términos empresariales la acción de oro supone la última palabra.
Sin embargo, el fondo del asunto supera en mucho una simple novedad burocrática. Si concreta la integración con PDVSA y Petrobras en una multinacional con participación argentina, el Estado nacional estará creando una empresa testigo en el mercado local.
Sería una apuesta estratégica para ganar un poder de negociación que ahora la Argentina no tiene. Un ejemplo bien fresco ilustra esta impotencia. Dos meses atrás, este diario publicó que si se importaba fuel oil para complementar la oferta de gas, no serían los consumidores ni el Estado los que pagarían la diferencia de precios entre un combustible y otro. Ayer el Gobierno hizo saber a través del jefe de Gabinete Alberto Fernández que el Estado pondrá los mil millones de diferencia.
¿Qué cambió de entonces hasta ahora? Una lectura posible es que el Gobierno estaba tratando de convencer a los ciudadanos de que los eslabones más débiles no pagarían el costo de la crisis energética. Otra es que no se trató de una maniobra de propaganda sino de una intención que no se pudo concretar por falta de poder real para terminar la negociación con las empresas del sector energético.
Si se sigue la segunda línea de razonamiento, la conclusión es que la creación de una empresa testigo podrá equilibrar aunque sea en parte la balanza.
Según explicaron ayer funcionarios del Gobierno, una parte de las actividades de la nueva empresa sería la exploración de las cuencas off shore, en el mar, ubicadas frente a la costa patagónica.
Con 100 equipos (70 fijos y 30 ambulantes), Petrobras tiene tecnología muy avanzada en plataformas de exploración. Así fue que el Estado de Río de Janeiro se convirtió en una potencia petrolera.
En el 2003, Petrobras tuvo una ganancia líquida de 17 mil millones de reales, que equivale a una cifra similar en pesos. El plan estratégico de la empresa es convertir a Brasil de importador en exportador de petróleo y luego consolidar su expansión en América latina.
PDVSA también tiene una fuerte presencia mundial, a tal punto que controla en los Estados Unidos nada menos que 13 mil estaciones de servicio y 13 refinerías nucleadas en la empresa estatal Citgo, la firma encargada de representar a PDVSA en el mercado norteamericano.