EL PAíS › EL ACTO POR LOS DOS AÑOS DEL ASESINATO DE KOSTEKI Y SANTILLAN
Un unánime reclamo de justicia
Los piqueteros realizaron una vigilia en el Puente Pueyrredón y por la tarde marcharon a Plaza de Mayo. Impactó el asesinato de Martín Cisneros, militante de la agrupación de Luis D’Elía.
“Siempre parece que va a pasar algo, pero por suerte todo salió bien”, dijo Juan Cruz Daffunchio, del MTD Aníbal Verón, cuando el acto en Plaza de Mayo que cerró las actividades por los dos años de los fusilamientos en la estación Avellaneda acababa de terminar. Daffunchio se refería al clima, ya que, aunque las nubes amenazaron con desplomarse durante todo el día, la lluvia fue apenas un amague y no alteró el cronograma. Pero pese a tener el pronóstico de su lado y a que la movilización desde Puente Pueyrredón tuvo gran convocatoria, el dirigente, al igual que el resto de los manifestantes, aseguraron que el asesinato del militante de la Federación Tierra y Vivienda (FTV), Martín Cisneros (ver nota de tapa), fue la peor noticia posible para este nuevo aniversario. Miles de piqueteros expresaron ayer un reclamo unánime: “Juicio y castigo a los responsables materiales y políticos de la masacre”.
“Este crimen del compañero de la FTV es una señal de alerta para todo el movimiento popular, que se solidariza profundamente con los afectados, más allá de cualquier diferencia entre las organizaciones.” Este fue el mensaje que las agrupaciones buscaron transmitir. La muerte del militante del sector que lidera Luis D’Elía fue interpretada como un ataque a todo el arco piquetero y tuvo su impacto en el desarrollo de la jornada.
El día había arrancado temprano. Muy temprano, cuando la noticia sobre este crimen en la Boca llegó en la madrugada al Puente Pueyrredón, donde los piqueteros realizaban la vigilia por el segundo aniversario de las muertes de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán. Por la mañana, tal como estaba anunciado, las agrupaciones de la Asamblea Nacional de Trabajadores (ANT), el Bloque Piquetero Nacional (BPN), el MTD Aníbal Verón, la CTD Aníbal Verón, el MST Teresa Vive, el MIJD de Raúl Castells y la FTC realizaron actividades artísticas y culturales, y una radio abierta.
A pesar del día gris y la neblina densa que cubría el puente, miles de personas se fueron acercando al lugar. Al mediodía, la hora a la que se produjeron los asesinatos de los piqueteros del MTD hace dos años, se leyó un documento consensuado por la mayoría de las agrupaciones.
“Seguimos exigiendo castigo a los responsables políticos y materiales, que en junio de 2002 decretaron la represión sobre el pueblo organizado que se resistía a pagar con más hambre los costos de la devaluación”, se escuchó por unos altoparlantes. El documento lanzó duras críticas hacia Eduardo Duhalde –que debió adelantar las elecciones luego de las muertes de Kosteki y Santillán–, a quien acusaron de “ejecutar la represión a través de sus servicios de inteligencia y fuerzas de seguridad”.
Pero no todos los dardos fueron para el bonaerense. En medio de la tensión que existe entre el sector piquetero y el Gobierno, también hubo fuertes pedidos de justicia que apuntaron hacia la Casa Rosada. “El presidente (Néstor) Kirchner –señalaron los piqueteros– no ha cumplido con su palabra empeñada frente a los familiares.” A última hora, el ministro del Interior, Aníbal Fernández, aseguró que la creación de una comisión investigadora –algo que los movimientos piqueteros esperaban de parte del Ejecutivo– no está en los planes del Gobierno.
Plaza de junio
A las 14 en punto, según lo planeado, las organizaciones iniciaron la movilización hacia la Plaza de Mayo. La columna estaba encabezada con una bandera que reiteraba los reclamos hacia el Ejecutivo para que profundice la investigación. “El Estado –decía– sigue encubriendo, castigo a todos los responsables de la masacre de Avellaneda.”
Entre quienes iban al frente de las columnas, además de los dirigentes de las distintas agrupaciones, estaba el líder jujeño Carlos “Perro” Santillán. “El Gobierno –dijo el dirigente de la CCC a Página/12– debe decidir entre los pedidos del pueblo y terminar con la impunidad o continuar con las políticas que ha mantenido hasta ahora. Tiene que optar entre la derecha que pide represión y el movimiento popular.”
Alberto Santillán, padre de Darío, también marchaba en la delantera, igual que los familiares de Kosteki. A su lado, con una foto de su hijo en la mano, estaba el padre de Diego Lucena, el chico asesinado días atrás en Isidro Casanova, donde todas las acusaciones apuntan hacia la policía. Estuvieron también los legisladores Ariel Basteiro, Luis Zamora y Patricia Walsh, y el secretario general del Partido Comunista, Patricio Echegaray. Muchos vecinos de la zona de Constitución se asomaban a los balcones al paso de las columnas que ocupaban varias cuadras sobre desde la 9 de Julio hasta la bajada del puente. Los manifestantes cargaban las frazadas, bolsas de dormir, ollas y equipos de mate con los que habían pasado la noche en la protesta que arrancó el viernes.
Hubo una escena que se repitió varias veces: mientras los piqueteros avanzaban, distintos grupos de personas ajenas a la movilización se concentraban en las veredas y aplaudían al paso de los manifestantes. Ocurrió en la bajada del puente, luego en la esquina de 9 de Julio e Independencia, y al llegar al Cabildo, donde numerosos turistas, estudiantes y aficionados grababan la protesta con sus cámaras digitales.
Las banderas con las caras de Maxi y Darío se multiplicaban junto a las pancartas exigiendo justicia. “Oh, oh, oh, la Verón”, cantaban los militantes del MTD. Unos parlantes reproducían los testimonios de quienes participaron en los hechos del 26 de junio de 2002. “Fue una cacería”, repetían, antes de detenerse frente a las vallas de la Plaza de Mayo.
“Estamos sorprendidos por esta escalada de gatillo fácil, y el asesinato del compañero de la FTV es un hecho terrible que producto de las mafias políticas”, dijo el líder del Polo Obrero, Néstor Pitrola, minutos antes del acto de cierre, dejando de lado sus diferencias con D’Elía.
La masiva marcha de ayer –la policía habló de 25.000 personas, Raúl Castells de 40.000 y desde el palco de 70.000– fue la culminación de una semana en la que las protestas ocuparon el centro de la escena política, las organizaciones se mantuvieron firmes en su postura de confrontación y reafirmaron los métodos de acción, a pesar de las críticas que desplegaron en los últimos días varios miembros del gabinete (ver página 4).
Mas allá de estas reivindicaciones, en la Plaza no hubo protagonistas ni oradores destacados. Sólo se leyó nuevamente el documento con el reclamo unívoco de que estas dos muertes sean esclarecidas. “No queremos otro junio más en la Plaza y que todo siga igual.” Ese fue el pedido de los piqueteros, que poco a poco fueron dejando el lugar.
Informe: Alfredo Ves Losada