EL PAíS › LOS PIQUETEROS CERCANOS AL GOBIERNO TAMBIEN MARCHARON AYER

“Es para Duhalde que lo mira por TV”

Por M. P.

Los ocupantes de los edificios que bordean el Puente Pueyrredón se habrán preguntado sin entender demasiado: “¿Pero los piqueteros no habían pasado hace rato?”. La pregunta tenía, claro, su explicación: dos horas después de que la marcha principal en homenaje a Darío y Maxi partiera a Plaza de Mayo, el puente volvía a llenarse de desocupados. Aunque tenían las mismas caras, las mismas ropas y venían de los mismos barrios del conurbano, en la columna predominaba el color celeste y blanco. Era la movilización de las organizaciones cercanas al Gobierno para recordar a las víctimas de la masacre de Avellaneda. La sorpresa se produjo cuando comenzaron los discursos. Fue en este acto y no en el anterior –más numeroso y convocado por casi todo el arco piquetero– donde hubo más acusaciones al ex presidente Eduardo Duhalde.
El acto tuvo un carácter muy duro, de confrontación, y el enemigo estuvo definido en torno a la figura del secretario general del Mercosur. Los ánimos estaban todavía más caldeados por el asesinato de Martín “el Oso” Cisneros, militante de la FTV de la Boca. “Acá hay que aplicar la Justicia para que Duhalde no esté en el Mercosur sino que esté preso por el asesinato de nuestros compañeros”, acusó Jorge Ceballos, de Barrios de Pie. Ceballos empezó su discurso recordando los episodios previos a la represión del 26 de junio de 2002, cuando Darío y Maxi fueron asesinados por la Bonaerense de la departamental Lomas de Zamora. “Y ya lo ve/ y ya lo ve/ es para Duhalde que lo mira por tevé”, acompañaban con gritos jóvenes y desocupados de todos los movimientos.
En la cabecera de la marcha iban las banderas de todos los convocantes: Barrios de Pie, MTD Resistir y Vencer, Movimiento 26 de Julio, Movimiento para la Victoria del Pueblo (MVP) y la Coordinadora Agustín Tosco. En la primera fila los manifestantes llevaban otra bandera –creada para la ocasión– que decía “juicio y castigo a Duhalde y demás responsables políticos”. La identificación del ex presidente como el “responsable intelectual” de la masacre de Avellaneda fue una de las constantes del acto. Pero también se escucharon críticas durísimas a los ministros José Pampuro y Roberto Lavagna, que habían dicho que la Argentina se estaba volviendo “un país violento” y que se debía “usar más activamente lo que permite el sistema legal”, respectivamente.
El tono de los discursos reflejó la creciente tensión que existe entre el kirchnerismo, aun con sus matices, y el propio Duhalde. Algunos oradores atribuyeron los recientes asesinatos de jóvenes –Diego Lucena en Isidro Casanova, Cristian Bogado en Villa Tesei, el “Oso” Cisneros en La Boca– a un supuesto plan para frenar “el proceso que se ha abierto desde el 25 de mayo”. “No es casual que esta semana se hayan sucedido los hechos que están pasando”, advirtió el representante del MTD Resistir y Vencer, conocido como “Tiburón”. Lejos de los micrófonos, algunos comentaban con preocupación que los tres jóvenes asesinados tenían vinculación directa o indirecta con el movimiento piquetero: el padre de Lucena milita en la Federación de Trabajadores Combativos (FTC), Bogado tenía conocidos en el Polo Obrero y Cisneros estaba en la FTV.
“Atacan porque se están haciendo cambios”, fue la interpretación que se escuchó por los parlantes. El objeto de las críticas era Duhalde y sus funcionarios más cercanos. Sin demasiadas precisiones, los piqueteros decían que el duhaldismo estaba detrás de la “escalada de provocaciones”. Algunos relacionaban el presente con la sucesión de amenazas y declaraciones que precedieron la masacre del 26 de junio de 2002. “Hace dos años, un presidente (por Duhalde) que no había sido elegido le quería dar una señal de firmeza al Fondo. Quería decirle que era capaz de controlar el proceso de movilización y lucha que se había abierto el 20 de diciembre. Empezaron las amenazas y habían preparado una causa para ilegalizar al conjunto de las organizaciones”, recordó Ceballos. Si alguien pensaba que era algo fortuito, o que en el Gobierno estaban al margen de lo que se decía allí, la desmentida llegó cuando se leyeron las adhesiones. El locutor leyó saludos de los diputados kirchneristas Francisco “Barba” Gutiérrez, Juliana Marino y Miguel Bonasso, como también del secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde, y del ex ARI Eduardo Jozami. Como corresponde esas firmas, en el acto hubo elogios a Kirchner. Pero también hubo referencias críticas, pero moderadas, a las agrupaciones que habían marchado a Plaza de Mayo. Sucede que hasta poco días antes, el sector oficialista intentó participar de la movilización principal, en una gestión que tuvo respaldo de un sector del MTD Aníbal Verón. “Tenemos que priorizar la unidad del campo popular”, destacaba uno de los oradores. Por ahora eso parece muy lejos.

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