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Néstor Kirchner propuso a los ex presidentes Raúl Alfonsín y Eduardo Duhalde como veedores del referéndum revocatorio que decidirá el futuro del venezolano Hugo Chávez. El propio Kirchner se comunicó ayer con Alfonsín y le planteó la idea. El radical pidió tiempo para contestar y dijo que tenía que consultar al titular de la UCR, el chaqueño Angel Rozas. El encargado de hablar con Duhalde fue el canciller Rafael Bielsa, pero hasta las siete de la tarde no había podido encontrarlo. Duhalde se encuentra de vacaciones. Según uno de sus colaboradores, está en Brasil; Bielsa aseguró que se halla en Europa. La propuesta de Kirchner surgió a partir de un pedido del Centro Carter, una ONG estadounidense que desde 1998 monitorea el proceso político venezolano. La entidad había pedido un veedor, pero Kirchner contraofertó con dos candidatos del más alto nivel: nada menos que dos ex presidentes.
La propuesta de nombrar a Duhalde y Alfonsín como observadores del referéndum que se realizará el 15 de agosto tiene varias lecturas. Por un lado, es un gesto político del Gobierno, que busca darle la mayor legitimidad posible a la consulta popular sobre Chávez. La relación con el Centro Carter –una entidad fundada por el ex presidente norteamericano Jimmy Carter y ligada al Partido Demócrata– se estrechó en el último viaje de Kirchner a Caracas, a fines de febrero. En esa oportunidad, la senadora Cristina Fernández se reunió con el representante de la ONG en Venezuela, Francisco Diez, un argentino que trabajó con Dante Caputo. Diez le planteó la importancia de que el plebiscito se realizara.
La decisión de proponer a Alfonsín y Duhalde también tiene repercusiones para la política local. El domingo pasado, el diario brasileño O Globo publicó una entrevista que le realizó a Duhalde en la cumbre del Mercosur de Puerto Iguazú. En el reportaje, el bonaerense criticaba la supuesta falta de interés de Kirchner por los asuntos internacionales. Un día después, desde el entorno de Duhalde se informaba que el ex presidente había sido invitado para presenciar el referéndum como veedor del Mercosur. La invitación parecía independiente de lo que decidiera la Casa Rosada. Pero ayer el Gobierno lo eligió como uno de sus representantes –junto con Alfonsín– para observar el plebiscito. Así respondió a la solicitud que le hiciera el Centro Carter hace unos meses.
Pero los observadores invitados por la entidad estadounidense –entre los que estaría también el ex presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso– no serán los únicos que supervisen el referéndum del 15 de agosto. La máxima autoridad electoral de Venezuela, el Consejo Nacional Electoral (CNE), invitó a 47 organismos internacionales y a 17 personalidades de todo el mundo para observar la votación y el escrutinio que definirá si Chávez sigue en el Palacio de Miraflores. Entre los invitados se encuentra el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, quien viajará junto a otros merecedores de esa distinción, como el ruso Mijail Gorbachov, la guatemalteca Rigoberta Menchú, el sudafricano Nelson Mandela y el colombiano Gabriel García Márquez, Nobel de Literatura.
La abundancia de observadores se entiende por los recelos cruzados que existen entre la Organización de Estados Americanos (OEA) y el Centro Carter, por un lado, y el gobierno venezolano, de otro. En los últimos años, la administración de Chávez acusó de ser “parcial” a la entidad estadounidense, que en marzo de este año amenazó con abandonar Venezuela si fracasaba la convocatoria al referéndum revocatorio. Por otro lado, tanto el gobierno de George Bush como el candidato demócrata John Kerry plantearon dudas sobre la transparencia del plebiscito y el escrutinio posterior. Además, en Caracas se está discutiendo sobre cuáles deben ser las atribuciones de los observadores internacionales. En los medios se discute si su presencia no implica una violación a la soberanía del país, una discusión que llegó hasta la ONU.
El escenario que se perfila para el plebiscito fue uno de los temas de debate en la reciente cumbre del Mercosur. Allí los presidentes de la región coincidieron en la importancia de brindar “transparencia y legitimidad” a la elección y destacaron que eso se lograría con veedores internacionales que estuvieran en Venezuela al momento de los hechos. “Sería tremendamente importante que de una u otra manera los países del Mercosur planteemos el apoyo a la forma en que el gobierno (venezolano) está enfrentando eso, la transparencia que va a tener y la legitimidad que va a tener’’, planteó el chileno Ricardo Lagos. Uno de esos observadores será probablemente Duhalde. El otro podría ser Alfonsín. Habrá que ver si ambos –y especialmente el primero– toman la invitación como un gesto amigable o si lo interpretan como todo lo contrario.