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Desde la Unidad de Delitos Complejos de la Policía Federal donde se encuentra detenido, el ex titular de la DAIA Rubén Beraja consideró “llamativo” que la Justicia ratificara su procesamiento justo un día después de que Cristina Fernández de Kirchner formulara duras críticas en su contra. El ex presidente del Banco Mayo, procesado por comandar una asociación ilícita, defraudar al Estado y a ahorristas, también negó que el gobierno de Carlos Menem haya realizado maniobras para entorpecer la investigación por el atentado a la AMIA. “No me consta que haya habido un encubrimiento –dijo– y mucho menos que yo haya estado involucrado.”
Hace una semana, la senadora Kirchner se refirió a él sin nombrarlo. Dijo que muchas autoridades que representaban a la comunidad judía “no estuvieron a la altura de las circunstancias porque se movían en base a intereses personales como una entidad financiera”. Ayer, el ex titular de la DAIA le respondió. “Respeto toda opinión crítica, pero siento dolor por su falta de fundamento y porque llamativamente estuvo en sintonía con el fallo que al día siguiente dictó la Cámara Federal y con el acto de la AMIA del domingo”, afirmó Beraja en declaraciones formuladas a Radio Del Plata desde su lugar de detención.
El viernes pasado, la Cámara Federal confirmó la prisión preventiva del ex director del Banco Mayo en un fallo que describe, por ejemplo, cómo en plena crisis de la entidad financiera Beraja y sus allegados compraron, con dinero entregado por el Estado, 1200 semanas de tiempo compartido en Punta del Este a una empresa creada por hombres cercanos a él. Sin embargo, en su reaparición radial de ayer, Beraja aseguró que su detención se debió a su “enérgica actuación” en la causa de la AMIA.
“Mi arresto está vinculado con esa idea que se ha creado en el imaginario popular de que soy menemista”, explicó desde la celda vecina a la de la ex funcionaria de Carlos Menem, María Julia Alsogaray, con quien confesó charlar cotidianamente. Y aclaró: “Yo no soy menemista y no tuve ninguna relación con él, sólo por mi condición de presidente de la DAIA. Igualmente, yo no llegaría al extremo de considerarme un perseguido político”. Para desvincularse de su relación con el riojano, se escudó, incluso, en que para las elecciones presidenciales de 1999 votó a Fernando de la Rúa y, anteriormente, al radicalismo.
El domingo, durante el homenaje al décimo aniversario del ataque a la AMIA, algunos de los oradores de la comunidad judía criticaron el papel de Beraja frente a la investigación, principalmente por su estrecha vinculación con funcionarios del menemismo. El ex dirigente de la DAIA no cuestionó esas críticas porque, dijo, “cuando uno realiza una gestión de trascendencia pública tiene que aceptar el disenso y el desacuerdo”.
Acerca del multitudinario acto, confesó haberlo vivido “con mucha emoción” y destacó que “tuvo una seriedad y una altura que no hubo en otros años. Me gustó que el presidente Néstor Kirchner participara, que la gente lo respetara y que el clima general fuera de recordación de las víctimas y de reclamo de Justicia, y no de ajuste de cuentas entre dirigentes comunitarios”. Como parte de una autocrítica, el ex dirigente se “achacó” no mantenerse firme en su decisión de continuar al frente de la DAIA en 1996, aun cuando había sido reelecto para ocupar ese cargo. “Con esta detención, estoy padeciendo una derrota política en el frente interno comunitario, de una debacle económica y productiva, como represalia por nuestra acción en la DAIA”, aseguró.
Con la decisión de la Cámara Federal, tomada horas antes del décimo aniversario del atentado, la situación del ex titular de la DAIA quedó seriamente comprometida, dado que ratificó los procesamientos que en diciembre último ordenó el juez federal Norberto Oyarbide. En el fallo de ese tribunal se le atribuyó, entre otras maniobras ilícitas, la captación de fondos mediante mesas de dinero relacionadas con el Banco Mayo, el manejo de 298 millones de dólares que el BCRA le entregó a la entidad en concepto de asistencia financiera y los “elevados” préstamos a particulares.