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Después de algunas semanas de silencio, Eduardo Duhalde volvió a las andadas. Y no precisamente para tirar flores sino para repartir críticas. Esta vez sus principales víctimas fueron George Bush y Elisa Carrió. Al presidente norteamericano lo acusó de “portarse mal” con la Argentina. A la titular del ARI, la calificó de “mala persona”.
“No tengo ninguna duda de que Bush se ha portado mal con la Argentina, se lo he referido al canciller (Colin Powell). Hubo un mal trato respecto de la Argentina y un olvido respecto de la región”, señaló Duhalde tras recordar las dificultades para entablar una buena relación con el gobierno norteamericano en el 2002, durante su año y medio de gestión presidencial.
“En el caso nuestro, ha sido humillante”, subió el tono.
Duhalde habló por radio desde Caracas, en donde se encuentra enviado por el presidente Néstor Kirchner, cumpliendo la tarea de observador del referendo revocatorio del mandato presidencial de Hugo Chávez. Y si bien se cuidó de no expresar su postura personal de cara al referendo, evaluó que, “si Chávez le gana a la oposición, el domingo le quedan dos años para organizarse y tener liderazgo”. Pero advirtió que, “si Chávez pierde tendrían una elección en 30 días en una situación muy conflictiva. Acá hay una idea de que se puede caer en una anarquía nuevamente, porque no hay una oposición organizada”.
Esa necesidad de mostrarse gris con el tema Chávez no la tuvo a la hora de volver a los temas de cabotaje. Por ejemplo, cuando le preguntaron por los dichos de Elisa Carrió. La titular del ARI había manifestado su rechazo al diálogo político que amenaza convocar el Gobierno. Más aún, señaló que antes de sentarse a hablar con Duhalde y el radical Leopoldo Moreau “me reconcilio con mi ex marido”.
“Tengo algunos años y, primero, a las personas las identifico si son buenas o malas y, después, me relaciono o no, y creo que Carrió es una mala persona”, atacó el ex mandatario, a quien años atrás reconocía como una gran dirigente política. Pero no terminó ahí con la arremetida. “La gente que cree que hacer política es carnear e injuriar permanentemente o que puede subir en política o en imagen tratando de mentir en forma descarada respecto de la gente”.
Después ofreció una varieté sobre la coyuntura argentina. Volvió a mostrar sus diferencias con las agrupaciones piqueteras, sobre todo con la modalidad de sus protestas. “En un momento tuvo su justificación, ahora no la tiene”, aseguró. “Hoy los piqueteros son dirigentes políticos, algunos de ellos con actitudes grotescas, pero dentro de un año no vamos a hablar de estos temas porque van a ser superados”. Y cerró prometiendo lo que parece un imposible: que no va a meter más sus narices en la interna del PJ. “Se trata de una etapa superada”. Creer o reventar.