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La Asociación Mutual Israelita Argentina realizó un acto para repudiar a los legisladores porteños por haber cerrado el año sin aplicar ninguna sanción a la diputada Mirta Onega por sus expresiones antisemitas contra un asesor. “No queremos que se tomen sus vacaciones con la sensación del deber cumplido”, dijo el titular de la AMIA, Abraham Kaul, frente a las 200 personas que llenaron la plaza interna del edificio ubicado en Pasteur 633. Para expresar el rechazo a “las actitudes corporativas” que dejaron a Onega sin un castigo “ejemplificador”, las autoridades de la mutual judía cubrieron con un paño la placa de bronce que la Legislatura colocó en memoria de las víctimas del atentado del 18 de julio de 1994.
“Las acciones, diálogos y peticiones con legisladores y jefes de bancada que se emprendieron hasta el día de hoy, pese a las pruebas contundentes y reconocidas por la misma legisladora, terminaron en fracaso”, señaló Kaul, en las primeras líneas del discurso que ofreció en el espacio abierto que rodea el edificio de la AMIA. “Llegamos a una última sesión del 2004 –dijo– y algunos diputados de la ciudad no quisieron dar quórum por cuestiones corporativas y otros claramente por su intención de no sancionar a la diputada.”
De este modo, Kaul pasó factura a los miembros de la Legislatura por el curso que tomaron las sesiones en las que debía definirse un castigo para Onega por sus dichos contra su ex empleado Norberto Cohenca, quien ayer estuvo presente en el acto.
El primer intento de sancionar a la diputada fue el 30 de septiembre, pero el debate se empantanó por las diferencias entre los bloques, y en el medio de las discusiones se coló el tironeo político por ver cuál de ellos se quedaba con Onega. Luego hubo un segundo intento fallido, también por falta de acuerdo, y en el último debate del año el asunto Onega no llegó a tratarse. “No podemos tolerar que en un sistema democrático como el nuestro, después de seis meses no se haya dado una sanción contundente y ejemplificadora, porque eso es dar un ejemplo de impunidad que pone en peligro la democracia”, se quejó Kaul.
El titular de la AMIA fue el único orador de un acto que a último momento sufrió una baja importante: la de la DAIA. Aunque esta institución estaba incluida en la convocatoria original, sus autoridades decidieron no participar ni adherir al encuentro porque señalaron que “no condice con el curso de acción que nuestra entidad ha establecido” cuando estalló el incidente Onega.
Aunque fue el tema central de la convocatoria, el repudio a los legisladores no ocupó todo el discurso de Kaul. El dirigente advirtió además sobre una seguidilla de actos antisemitas en los últimos meses. “En la ciudad de Paraná –dijo–, un rabino fue increpado por jóvenes que haciendo el saludo nazi le vociferaban que se fuera del país. En el cementerio israelita de Ciudadela se pintaron impunemente innumerables cruces esvásticas. Y las mismas pintadas ocurrieron en una escuela judía de Flores.”
Al mismo tiempo, desde la AMIA exigieron al Poder Ejecutivo que impulse los pedidos de captura contra doce ciudadanos iraníes involucrados en el atentado contra la mutual, luego de que sus órdenes de arresto fueran paralizadas por Interpol al conocer el fallo del Tribunal Oral Federal que absolvió a los imputados en la llamada conexión local. “Exigimos al poder político que haga cumplir esa orden”, señaló Kaul.
Minutos después, el titular de la AMIA junto a familiares de las víctimas del atentado dejaron caer el paño blanco que cubrirá hasta las 20 de hoy la placa colocada por los legisladores en el patio de la mutual. “Señores legisladores, con el antisemitismo no se dialoga, ni se negocia, se lo combate y se lo condena”, fue el mensaje final.