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Como suele ocurrir en los careos, hubo “empate”, pero el partido fue “interesante”. El arrepentido Mario Pontaquarto acusó cara a cara al ex titular de la SIDE delarruista Fernando de Santibañes de haber ordenado entregarle 5 millones de pesos para sobornar a los senadores que aprobaron la Reforma Laboral durante el gobierno de la Alianza. Pero el ex jefe de los espías lo trató de mentiroso y aseguró que nunca usó fondos “para pagar ninguna ley ni actividad política”. Así, con cada uno firme en sus dichos, transcurrió el careo entre De Santibañes y el ex secretario parlamentario del Senado en el despacho del juez federal Daniel Rafecas, una de las medidas más esperadas en esta causa en la que ambos estuvieron procesados hasta que la Cámara Federal revocó esa medida y ordenó que se profundizara la investigación. El dato llamativo fue un cambio en la versión de Pontaquarto: ayer afirmó que no concurrió a la SIDE a las 22, sino “aproximadamente a las 19.30 o 20 horas”, tal como surge de la declaración en el juzgado.
Pontaquarto y De Santibañes arribaron puntuales a las 11 al despacho del magistrado, junto a sus abogados Hugo Wortman Jofre y Hugo Pinto y Gabriel Presa, respectivamente, y se retiraron cerca de las 14.
“De toda la gente que trabajó ese día en la SIDE, nadie vio a Pontaquarto”, arrancó De Santibañes, intentando desmentir los dichos del arrepentido, a quien llamó “mentiroso”. El ex secretario parlamentario respondió mirando al juez: “Lo central de esto es que el 18 de abril (de 2000) a la tardecita yo fui a retirar el dinero para pagar una coima, no para un bono contribución para las carmelitas descalzas”. Y agregó: “¿Quién de la SIDE va a decir entonces que yo estuve allí para eso?”.
Otro punto donde no hubo acuerdo fueron las llamadas que Pontaquarto dice haber hecho a la secretaria de De Santibañes para acordar los detalles de su ida a la SIDE ese 18 de abril. “Duraron 11 y 60 segundos lo que demuestra que es una mentira más”, acusó el ex jefe de los espías. Según un reciente peritaje realizado por la División Apoyo Tecnológico Judicial de la Policía Federal, ninguna de las llamadas entrantes y salientes del teléfono celular de Pontaquarto que fueron realizadas aquel 18 de abril corresponden a la zona de la Secretaría de Inteligencia.
El único aspecto que De Santibañes admitió fue el referido a su relación con el ex ministro de Interior Enrique Nosiglia, según constancias de la causa, de quien reconoció ser vecino en Pilar.
Tras afirmar que la secretaría no utilizó fondos con fines ilegales, De Santibañes se dedicó a desprestigiar a Pontaquarto. Aseguró que el arrepentido cambió sus declaraciones “a medida” que las pruebas se incorporaban a la causa y negó que hubiera estado en la SIDE el 18 de abril de 2000, día en que se habría entregado el dinero. Pero Pontaquarto reiteró que fue De Santibañes quien ordenó que le entregaran los 5 millones de pesos para los senadores que votarían reformas a la Ley Laboral. Además, reafirmó haber estado ese día en la sede del organismo, en 25 de Mayo y Rivadavia, y que fue la secretaria del ex jefe de la SIDE, Gladys Motta, quien le entregó el dinero. El arrepentido, quien será careado con Motta el 31 de marzo, incluso describió que estuvo en el piso donde está la caja de seguridad del organismo. “El único que podía abrir esas puertas era el contador Juan Gallea”, el ex director de Finanzas del organismo que “ese día no concurrió a la SIDE porque estaba en Córdoba”, replicó De Santibañes. Y pasó a detallar los requisitos de ingreso a la SIDE.
Pontaquarto asumió la postura de “arrepentido” en 2003 y reconoció que fue él mismo quien llevó las valijas con los cinco millones de dólares para repartir entre senadores para la aprobación de la ley. Según dijo el ex secretario parlamentario al salir del despacho del juez Rafecas, Santibañes incurrió en “contradicciones”. Por su parte, en el entorno del ex jefe de la SIDE aseguraron que “mintió antes” y ayer “volvió a mentir”. De Santibañes, Pontaquarto y los entonces senadores por el PJ Emilio Cantarero y el radicalismo José Genoud habían sido procesados por cohechopor el juez federal Rodolfo Canicoba Corral, pero la Sala I de la Cámara anuló esa decisión por falta de fundamentos.