EL PAíS › EL ABOGADO MARIO KAMINKER, UN CANDIDATO A LA CORTE
En busca de un juez radical
El Comité Nacional de la UCR difundió un comunicado donde dice que “no le consta” que el abogado Mario Kaminker, un posible sucesor de Augusto Belluscio en la Corte Suprema, sea radical. Sin embargo, su cercanía con el alfonsinismo es una de las razones por las que en el Poder Ejecutivo dicen que quieren impulsarlo para ocupar un cargo en el máximo tribunal. El ministro saliente tendría, de ese modo, un reemplazante de igual perfil político. Funcionarios de gobierno señalaron que lo consideran un buen candidato porque, además, cubriría especialidades vacantes en la Corte –es experto en quiebras y procesalista– y porque, debido a su origen, sería una forma de dar representación a la colectividad judía.
Kaminker es socio en el estudio jurídico del actual ministro de Seguridad bonaerense, León Arslanian. En el ámbito jurídico lo describen como un hombre práctico, con poca vida académica y lo identifican con la escuela del procesalista Mario Augusto Morello. Es un abogado de bajo perfil, pero conocido en el ámbito especializado por actuar en grandes causas de concursos y quiebras. Fue también funcionario de la gestión de Arslanian en el Ministerio de Justicia durante el menemismo.
En el Gobierno dicen que Kaminker “es uno de los posibles nombres” para reemplazar a Belluscio en la Corte. Sería una forma de mantener un lugar entre los supremos para la minoría política. La UCR, sin embargo, ayer emitió un comunicado donde intenta despegarse de ese concepto “a fin de despejar cualquier equívoco”, advertía. “La Unión Cívica Radical no tiene cupos en la Corte Suprema, ni persigue designación de persona alguna, no constándole tampoco las ideas políticas de la persona a quien se menciona como perteneciente a ella”, decía el texto.
El radicalismo señaló que ante “la lógica suspicacia ciudadana acerca de que el presidente Kirchner quiere tener ‘su’ Corte Suprema (...), resultaría una actitud republicana que se redujera el número de miembros y que el Presidente no nombrara a ningún otro”. Agrega que sería “saludable” que la integración del máximo tribunal “pueda ser fruto de diferentes administraciones políticas”.
La realidad es que el Gobierno no tiene planes de achicar la Corte. Y no sólo tendrá que suplantar a Belluscio –quien participará del último acuerdo la semana que viene– sino que, seguramente, también deberá designar un reemplazante para Antonio Boggiano, que está suspendido y cerca de ser destituido. El propio Arslanian sonaba para ese lugar y él mismo dijo que “sería un honor”. Pero esa opción parece más difícil si se concreta la designación de su socio. En la Casa Rosada preocupa que los nombramientos en puerta sean juristas que le permitan tender más puentes de diálogo con el máximo tribunal, que cada tanto les da sorpresas.