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El comisario Roberto Antonio Rosa fue sorprendido ayer por la policía mientras caminaba por una calle en La Plata, vestido con un cómodo jogging. Fue arrestado por su responsabilidad en 160 privaciones ilegítimas de la libertad y torturas cometidas durante la dictadura en jurisdicción del Primer Cuerpo de Ejército. Estaba prófugo desde hacía un mes. Rosa, alias Clavel, se hizo famoso cuando fue acusado de ser socio del juez Norberto Oyarbide y de los prostíbulos que protegía.
Rosa fue detenido por pedido del juez Daniel Rafecas, quien había ordenado su arresto a fines de agosto por su participación en el grupo de tareas que operó en los centros clandestinos de detención “El Atlético”, “El Banco” y “El Olimpo”. Ayer pasó la noche en la delegación de la Policía Federal de La Plata y hoy será trasladado a Buenos Aires, donde será indagado por el juez.
“El Atlético”, “El Banco” y “El Olimpo” formaron parte del mismo circuito represivo: uno sucedió a otro, pero los represores, las víctimas y hasta los elementos de torturas fueron los mismos.
Rafecas arrestó hace un mes a doce miembros del grupo de tarea que operó en esos sitios. Pero en esa oportunidad, Rosa –junto con el comisario Eduardo Taddei– logró escaparse y se mantuvo prófugo hasta ayer.
Ahora el juez debe decidir la situación procesal de estos represores. Antes de resolver esa medida, realizará hoy un reconocimiento a “El Banco” y así completará las visitas que hizo a los centros clandestinos “El Atlético”, “El Olimpo” y “El Vesubio”.
“El Atlético” funcionó en Paseo Colón y Juan de Garay hasta que fue demolido en 1977 porque pasaba bajo la trama de la autopista. A fines de ese año los represores se instalaron –y se llevaron algunas víctimas– cerca de la intersección de la Autopista Ricchieri y el camino de cintura, en Puente 12: era “El Banco”. El procedimiento se repitió en agosto de 1978, cuando se inauguró, en Floresta, “El Olimpo”, donde hasta hace pocos meses había una planta de verificación de autos de la policía y ahora se proyecta levantar un Espacio para la Memoria. Rosa fue parte de ese staff represivo.
Su pasado como secuestrador fue difundido cuando fue vinculado al juez Oyarbide y la red de protección de prostíbulos. En esa oportunidad fue reconocido por sobrevivientes de esos campos que lo habían padecido durante su cautiverio.
Clavel volvió a ser noticia dos años atrás, cuando la Justicia condenó a la Policía Federal y a él mismo por “negligencia” porque en 1995 casi mata a una persona que estaba en su juzgado con un tiro en el pecho que se le “escapó” de su revólver.
Otro represor detenido en esta causa es el subcomisario Samuel Miara, apropiador de los mellizos Reggiardo Tolosa. Al ser arrestado, Miara estaba en libertad condicional por la condena a 12 años de prisión que recibió por secuestrar y ocultar la identidad de esos jóvenes, que fueron localizados en 1985 por las Abuelas de Plaza de Mayo.