El delegado de ATE Gustavo Lerer y otros tres dirigentes del Hospital Garrahan finalmente fueron beneficiados con la “falta de mérito” en una causa iniciada a raíz de una denuncia del Ministerio de Trabajo. La acusación se basó en las supuestas presiones que habría recibido un inspector en uno de los recorridos que se realizaron por el hospital durante el conflicto sostenido el año pasado.

De todos modos, como se trata de una medida intermedia, la Justicia dispuso una serie de pruebas, entre las que incluyó el pedido de informes y declaraciones testimoniales. De esta forma, se espera que tras la feria judicial se pueda definir la situación de los imputados. Además de Lerer fueron denunciados Adriana Agüero, Marcelo Mansilla y Eduardo García. Según la denuncia, los dirigentes habrían intimidado al funcionario de la cartera laboral que debía corroborar la forma en la que eran prestados los servicios mínimos durante uno de los paros realizados en el extenso conflicto abierto por una mejora salarial.

De acuerdo a lo que informaron fuentes judiciales, además fueron requeridos informes sobre el cumplimiento de las guardias mínimas y las condiciones de funcionamiento del hospital durante los paros. Los imputados fueron indagados durante la primera quincena de diciembre, luego que la Cámara del Crimen rechazó los planteos de nulidad presentados por el abogado defensor Juan Carlos Capurro. El cargo que enfrentan los cuatro sindicalistas es de coacción, para el que el Código Penal contempla hasta cuatro años de prisión.