La foto que retrató la última semana a la cofradía duhaldista abrazándose a la causa K fue elocuente pero no lo suficientemente abarcadora. Es que en las próximas horas se esperan nuevas incorporaciones a las filas kirchneristas, y no sólo de hombres de Eduardo Duhalde que han mantenido excelentes relaciones con Néstor Kirchner, como es el caso de José María Díaz Bancalari, sino también de aquellos que muchos han ubicado en las antípodas del mandatario, como sucede con el ex vicepresidente menemista y ex gobernador duhaldista Carlos Ruckauf.

Kirchner quedó satisfecho con la foto del último miércoles que lo retrató a los abrazos con Alfredo Atanasof, un paladar negro del duhaldismo. Ese día, durante un acto en Berazategui, el Presidente también logró blanquear el pase del intendente Juan José Mussi, y mostrar a la sociedad el acercamiento a la Casa Rosada del intendente de Avellaneda Baldomero “Cacho” Alvarez, otra voz cantante de Duhalde.

“La gran mayoría de los duhaldistas respaldará la reelección de Kirchner”, fue la afirmación que el fin de semana realizó Atanasof a Página/12, como si la foto de Berazategui no hubiese resultado lo suficientemente convincente.

No hay dudas de que el modus operandi surtió efecto. Por eso en la Casa Rosada ya están pensando nuevos actos para consolidar el encolumnamiento duhaldista detrás de la figura presidencial. Se habla de la posibilidad de hacer uno importante en la localidad de San Vicente, el territorio de la quinta desde donde Duhalde supo ser amo y señor de la provincia. Hombres ligadísimos al bonaerense, como su ex secretario de Legal y Técnica, Antonio “El Tano” Arcuri, no es ajeno a este armado.

Se dice que allí Díaz Bancalari podría revalidar aquel viejo título de hombre de confianza del Presidente en el Congreso de la Nación. Ese lugar lo tuvo que ceder para ponerse el traje de candidato de Hilda “Chiche” Duhalde en la última elección. Fuentes de la Casa Rosada aseguran que lo mejor es dejar a Bancalari donde está, conduciendo el duhaldista Bloque Federal, ya que serviría para “contener” u “orientar” los votos de los que no están encolumnados con Kirchner.

Nadie sabe si lo de Ruckauf se trata de un repentino acto de amor o es aquel afán de supervivencia que muchos intendentes no pueden disimular. Lo cierto es que el hombre de la mano dura, aquel de los cruces con Kirchner en aquellas añejas reuniones de gobernadores en el CFI, está decidido a expresar públicamente su respaldo al Presidente. Ya lo insinuó al mostrarse dispuesto a votar el proyecto oficial de reforma del Consejo de la Magistratura. Hay que ver si Kirchner se anima a fotografiarse con él. Pero si fuera necesario para asegurarse un voto, dicen que el retrato se concretará.

Por ahora, el acto confirmado es el que se realizará el miércoles en La Matanza, con la presencia del intendente Fernando Espinoza. Se trata de un delfín del presidente de la Cámara de Diputados, Alberto Balestrini, el hombre que ayudó territorialmente al triunfo electoral del kirchnerismo de octubre pasado. Es probable que en ese distrito, en donde Cristina Kirchner cerró su campaña proselitista, se produzca alguna sorpresa.

Hombres fieles a Duhalde, y aquellos que no lo son tanto pero que no serían capaces de una conversión al kirchnerismo, reconocen que hay muchos duhaldistas que, por lo bajo, se manifiestan de acuerdo con Kirchner aunque aún no se animan a hacerlo en público. Ubican en ese grupo al ex titular del Comfer, Carlos Caterbetti.

Esa migración hacia el poder aísla cada vez más a Juan José Alvarez, Eduardo Camaño, Jorge Sarghini y Francisco De Narváez. Este cuarteto lanzó con bombos y platillos una corriente “postduhaldista” que se proponía contener a los seguidores del ex presidente mostrándose distantes del gobierno nacional. Pero hasta el intendente de Hurlingham, Luis Acuña, un hombre que responde a Alvarez, marcó sus límites, según publicó ayer el diario Hoy de La Plata. “Si Juanjo Alvarez no apoya al Gobierno que no cuente conmigo”, dijo Acuña.