Lunes, 20 de marzo de 2006 | Hoy
EL PAíS › ENTREVISTA A PIERO MARRAZO, CANDIDATO ITALIANO DE L’UNIONE
Periodista muy popular en la RAI, fue electo presidente del Lazio y su primer viaje en campaña fue a la Argentina. Trae una agenda progresista y de integración con el continente.
Por Eduardo Tagliaferro
El año pasado, Piero Marrazo, al frente del centro-izquierda de L’Unione, heredera de Il Olivo, se impuso al centroderecha en la Región Lazio, que abarca el centro de Italia y su capital, Roma. Este periodista televisivo, hijo de un periodista de investigación que tuvo no pocos problemas con la mafia siciliana, eligió a la Argentina para su primer viaje institucional y para comenzar la campaña electoral por estas tierras. “En una economía globalizada no solamente tenemos que estar pendientes de lo que sucede en Oriente. En el caso de Italia tenemos que mirar a Sudamérica”, dice para resaltar su gira.
La reinauguración de una estatua al libertario italiano Giuseppe Mazzini, financiada por la Región Lazio, fue uno de los hechos protocolares. El dato sería uno más, si no fuera porque el primer monumento a Mazzini, adalid de la unificación italiana, se construyó en 1878 en Argentina, seis años después de su muerte. “En ese momento en Italia no había ningún monumento a Mazzini”, dice para ratificar el entramado político, social y cultural que une a ambos países. Relación que no duda en sostener que se ha dañado luego de los cinco años de gobierno de Silvio Berlusconi.
–¿Qué se juega el próximo 9 de abril, día de las elecciones en Italia?
–El futuro de Italia. La posibilidad de afirmar una economía competitiva, definir una nación con valores comunes, construir la paz a través del diálogo. Una sociedad fundada en el respeto al derecho y la legalidad, una sociedad más justa. Una sociedad en la que el desarrollo económico se vincule con la Justicia Social, una sociedad con menor evasión fiscal. Está en juego una idea diferente de lo que debe ser Italia.
–¿Cómo considera que el mundo mira a Italia luego del alineamiento del premier Silvio Berlusconi con la política estadounidense?
–Como un país que está atravesando un período de estancamiento económico, un período de transición en el que no alcanza con mostrar el Made in Italy. Italia es un país que puede darle mucho al mundo, aunque en este momento, en algunas situaciones, haya perdido el rumbo.
–En la colectividad italiana en nuestro país critican al gobierno de Berlusconi por no tener a América latina en su agenda. ¿Es así?
–Creo que es un análisis preciso. Como presidente del Lazio, decidí que mi primer viaje institucional fuera a la Argentina, porque considero que en una economía globalizada no se puede estar atento solamente al Oriente. Al contrario, es necesario, y diría que decisivo, tener la capacidad de mirar al Occidente de Europa y del Mediterráneo. En lo que hace a Italia, nuestra mirada tiene que dirigirse a Sudamérica ya que es aquí donde existen muchos elementos comunes. Compartimos elementos políticos, económicos, culturales y sociales.
–¿Cuáles son esos elementos?
–Compartimos la visión sobre có mo debe ser la relación entre los hombres. Coincidimos que los valores son más importantes en la humanidad que los logros económicos. Estoy hablando de derechos universales, derecho a la salud, al crecimiento cultural. Compartimos presupuestos de la cultura latina y mediterránea. Cultura que pone al ser humano en el centro de su desarrollo. Por eso son fundamentales los derechos del hombre y no los del capital, que por ende son los intereses de pocos.
–¿Cómo explica los fuertes subsidios agrícolas que tanto Europa como Estados Unidos destinan a sus productores?
–La Europa de los 25 países no es aquella Europa de los 6 países que dieron cuerpo al Tratado de Roma. Alemania y Francia, fundamentalmente, han construido una Europa agrícola basada en los subsidios. Hoy es mucho pero mucho más difícil sostener esta posición. Alcanza con observar la fuerte disputa política que hay con Gran Bretaña y otros países de Europa. Italia sabe que su propia agricultura tiene que sostenerse sobre sus propios pies. Para ello es necesario apuntar a una producción de productos típicos. La capacidad de mejorar la cadena agroalimenticia, y tal vez comenzar a mirar una coordinación internacional. Comenzando a coordinar con las economías agrícolas de los países sudamericanos como Argentina.
–En su visita a la Argentina, algunos diputados italianos destacaron que los bonistas italianos fueron estafados por los bancos. ¿El tema es visto de esa manera en Italia?
–Antes de ser electo como presidente de la Región Lazio, yo era un periodista que conducía el programa más importante de RAI 3 en temas de derechos del consumidor. Una audición vista por millones y millones de telespectadores. Quizá por esto me eligieron presidente. Como periodista que conocía bien el problema, puedo decir que es obvia la responsabilidad de Argentina, pero también tiene su responsabilidad el sistema bancario y financiero italiano que vendió títulos a clientes a los que no debió vendérselos. Le vendió a pequeños ahorristas que no podían tomar ese riesgo. Tuve la oportunidad de profundizar sobre el sistema de ventas bancarias de bonos. Es necesario construir una sólida relación entre Italia y Argentina para poder administrar estas situaciones. No hay que quedarse en la queja y decir que es un problema de la Argentina.
–¿Qué impresión se lleva de la situación argentina?
–Es un país que está en medio de un río. Vive una transición, primero política, luego económica y posteriormente social. En política, la crisis del 2001 dejó en claro la importancia que tiene la estabilidad de las instituciones. En lo económico, la Argentina es una tierra rica. Es importante aquí tener en claro cuál es la inserción que pueden tener en una economía globalizada, qué peso puede tener aquí la producción de materias primas. En lo social, no existe ningún país moderno en el que el 10 por ciento de la población retenga la mayoría de la renta, la mayor parte de la riqueza. Esto no es compatible con la democracia posmoderna.
–¿Qué otra cuestión le llamó la atención?
–La batalla por la defensa de los derechos humanos. Es muy importante socialmente ver un país que ha decidido reabrir el tema de los desaparecidos. No sólo es importante para la historia de la Argentina, sino para la historia del siglo XXI. Más si vemos lo que está sucediendo en lugares como la base norteamericana en Guantánamo. Los países occidentales que pretenden combatir el terrorismo, no deben olvidar que los derechos humanos son para los detenidos, aun para los que puedan ser considerados culpables de hechos violentos. Me parece que Kirchner pone el centro de la discusión un tema que es universal.
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