El Gobierno condicionó la reunión de Néstor Kirchner con Tabaré Vázquez a que Uruguay suspenda la construcción de las papeleras. “La Argentina hizo la parte que debía hacer: los ambientalistas se han retirado de los puentes sin ningún tipo de restricciones, sin límite de tiempo. Ahora las empresas tienen que hacer lo suyo”, sostuvo el jefe de Gabinete, Alberto Fernández. Durante la jornada, ni Botnia ni Ence respondieron; en cambio, circularon versiones contradictorias. El canciller uruguayo, Reinaldo Gargano, recibió en Montevideo a los partidos de la oposición, a los que dijo que el parate va a depender de lo que negocien los presidentes. Al mismo tiempo, voceros de las pasteras comunicaron que no hablarán de una eventual suspensión “hasta que el gobierno uruguayo lo disponga” y otras versiones aseguraron que las compañías ya le dijeron a Tabaré que están dispuestas a paralizar los trabajos.

Mientras tanto, en Fray Bentos, el titular del Sindicato de la Construcción, Fabián Gadea, informó que la construcción sigue de manera “normal” y que sería “muy complicado” frenarla. “Para ser claro, no vemos la paralización de la obra”, sintetizó.

El freno por 90 días fue pedido por Kirchner y Vázquez luego de su acuerdo en Santiago de Chile. Ayer, Alberto Fernández reiteró que este punto es “condición para reunirse”. Advirtió que “si no se da (el gesto de las papeleras) no estarán las condiciones que los presidentes plantearon, y en ese caso la reunión no existirá. Lo aclaro –agregó el funcionario– para que nadie piense que Argentina ha desistido de esa parte del acuerdo”.

“Descarto que esa señal debe existir antes (de la reunión del miércoles), porque los presidentes pidieron ambas cosas. No pidieron que los asambleístas dejen de cortar las rutas solamente, pidieron también que las pasteras frenen las obras.”

De las dos plantas, Botnia es la que está más avanzada, con una chimenea de 120 metros que se ve desde la costa entrerriana. La empresa ya tiene terminado el 30 por ciento de sus instalaciones. Para entender las dimensiones de la megaplanta, hay que pensar que utilizará 3500 toneladas de acero. En el predio ubicado sobre la costa oriental del río Uruguay trabajan más de 1500 obreros, 120 de los cuales fueron incorporados esta última semana.

Consultada sobre el pedido de suspensión, una vocera de Botnia dijo que “las alternativas de la empresa para facilitar el diálogo entre los presidentes ya fueron conversadas con el gobierno uruguayo”. La compañía, agregó, “las dará a conocer en la forma y tiempo en que lo disponga” Tabaré Vázquez; “no vamos a hablar de la suspensión de las obras hasta que el gobierno uruguayo lo disponga”.

La cumbre entre Kirchner y Vázquez está prevista para el miércoles, en Colonia. Allí los presidentes deben ponerse de acuerdo en la realización de un estudio de impacto ambiental sobre las papeleras. Después de esta primera conversación en Colonia, habrá una segunda cita en la ciudad de Mar del Plata.

En Gualeguaychú y Colón, mientras tanto, luego de los levantamientos de los cortes, grupos de vecinos permanecen al costado de la ruta observando la evolución del conflicto.

La apertura de las negociaciones es seguida con fuerte desconfianza en el Uruguay. La oposición al Frente Amplio critica la posibilidad de que se paralicen las obras, y hay también resistencia por parte de los sindicatos, que quieren garantías de que durante el paréntesis se seguirán pagando los sueldos a quienes trabajan allí.

En medio de este juego de presiones, el canciller Reinaldo Gargano ofreció ayer lo que sería la fórmula más tolerable para la administración frenteamplista: “El gobierno no va a pedirlo, pero si las empresas, como un gesto para allanar el camino a la negociación, adoptan esa determinación, bueno”, señaló el ministro.