La decisión ya estaba tomada, pero ahora le pusieron fecha. En julio, los máximos referentes de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) convocarán a un plenario de militantes para conformar un “movimiento político”, que impulsará un frente electoral para las presidenciales de 2007. Incluso, algunos ya postulan al secretario general de la CTA, Víctor De Gennaro, como la cabeza del proyecto y candidato presidenciable. En agosto presentarán el movimiento en el distrito porteño, del que formarán parte el diputado nacional Claudio Lozano y los dirigentes gremiales Pablo Michelli (ATE) y Fabio Basteiro (aeronáuticos); y en Neuquén lanzarán la campaña electoral para disputar la gobernación, mientras avanza la construcción en distintas provincias. “No habrá alianzas con las estructuras de los partidos políticos tradicionales: el PJ, la UCR ni el ARI. Tampoco seremos obsecuentes del kirchnerismo, aunque no proponemos una oposición salvaje”, definieron sus convocantes a Página/12.

El plenario, que se haría en Córdoba o Mar del Plata, “será público, pero no abierto”. La convocatoria será sólo para militantes de la CTA que no tengan identificación partidaria, lo que dejará afuera a dirigentes de la propia central. Una decisión que excluirá a quienes se sumaron al kirchnerismo, como Edgardo Depetri, que creó –junto al metalúrgico Francisco “Barba” Gutiérrez– el Movimiento de Trabajadores para la Victoria, o el ex piquetero y ahora funcionario Luis D’Elía. Tampoco serán de la partida la docente Marta Maffei del ARI, el también aeronáutico Ariel Basteiro (ex diputado socialista), los comunistas que adhieren a la CTA o trotskistas como el delegado del Garrahan, Gustavo Lherer.

Quienes promueven la construcción del nuevo movimiento dentro de la CTA coinciden en que “el kirchnerismo no es una nueva experiencia política”, sino otra expresión de un peronismo “agotado como herramienta de cambio real en la política argentina”. Una postura que varios de los dirigentes consultados por Página/12 se encargaron de graficar a propósito del acto del 25 de Mayo. “No es lo mismo aquella plaza con un recital abierto a los sectores populares (en el segundo aniversario de la asunción de Kirchner) que ésta, a la que se suben y son bienvenidos quienes ayudaron a saquear el país, incluida la burguesía nacional que se enriqueció con negocios prebendarios con el Estado”, sostuvo Claudio Lozano. “A los transversales no le resultará fácil movilizar a sus bases para compartir una plaza con los mismos sectores que entregaron al país y a sus propios compañeros”, subrayó Pablo Michelli.

Con todo, advierten que tampoco harán una oposición “salvaje” al Gobierno. Algunas acciones de la primera etapa kirchnerista sedujeron a no pocos dirigentes de la CTA, varios de los cuales terminaron enrolados en las filas presidenciales. Quienes adoptaron una postura más expectante decidieron tomar distancia ante la política de alianzas trazada desde el Gobierno, especialmente con la CGT.

Ahí terminó de madurar la propuesta –hecha hace algunos años– de “pasar de la lucha reivindicativa a la lucha política, que también incluye una estrategia electoral” y que comenzará a diseñarse para las presidenciales de 2007. “Lo reafirmamos en el Congreso de Mar del Plata, la CTA debe ser independiente de los patrones, los partidos políticos y del Estado. Pero nunca renegamos de la lucha política y muchos de los dirigentes de la CTA opinamos que hay que pegar un salto cualitativo para pasar a dar pelea por un proyecto de país distinto”, dijo a este diario Michelli.

El dirigente porteño de ATE –uno de los promotores del movimiento político que nacerá en julio– desechó así la vieja idea de transformar a la CTA en un partido al estilo del PT brasileño, como en algún momento impulsaron varios de sus integrantes y hasta “el propio Lula fogoneó” desde Brasil, recuerdan en la central. “Tenemos una estructura extendida en todo el país y hemos logrado importantes conquistas, que de todas maneras no alcanzan para transformar la terrible realidad en la que está sumida la mayoría de la población”, remarcó Michelli, para reconocer que desde el interior sus organizaciones de base también empujaron la decisión.

Ya han hecho la experiencia de participar políticamente en la constituyente de Neuquén, donde en muy poco tiempo la Unión Neuquina (UNE) logró los avales para inscribirse como opción electoral y se convirtió en la tercera fuerza con el 20 por ciento de los votos. En tanto avanza la construcción política en Jujuy, Salta y Misiones y admiten “buenos vínculos” con los socialistas en Santa Fe y la Nueva Concertación Entrerriana de Emilio Martínez Garbino. Pero, sin dudas, una de sus principales vidrieras estará en el distrito porteño.

“No se trata de un nuevo espacio político, sino de un movimiento que también pueda discutir con los muchos espacios ya existentes, y con mucha amplitud, un programa común para la Capital”, explicó a Página/12 Lozano, otro de los promotores de la nueva experiencia política que se lanzará en agosto –un mes después que a nivel nacional– en el distrito porteño.

“Tenemos que fijar reglas: primero poner la política por delante de los candidatos; segundo, generar la participación ciudadana; y tercero, internas abiertas para definir los candidatos a todos los cargos”, sintetizó Lozano. “Recorreremos los barrios en busca de las prioridades de la población de cada lugar para elaborar un programa. Ya sabemos cómo termina un proyecto político que prioriza las candidaturas sin sustento ciudadano”, remarcó el diputado que llegó al Congreso por Fuerza Porteña, que apoyó la reelección de Aníbal Ibarra.

No todo está definido y mucho tendrá que ver la convocatoria que reúna el plenario previsto para julio. “Lo que sí está claro –insistieron varios de los dirigentes consultados por Página/12– es que no habrá alianza con las estructuras tradicionales de los partidos políticos como el PJ, la UCR ni el ARI.”