La cuenta regresiva al desenlace del caso Patti ya comenzó en Diputados, y tanto quienes lo apoyan como los que pretenden bloquear su acceso al Congreso disponen sus últimos movimientos. Mientras el oficialismo pone al rojo vivo los mails y los teléfonos de sus integrantes, desde la secretaría parlamentaria de la Cámara el radicalismo prepara una última reunión de bloque, hoy a las 19, en la que participaría el jurista Ricardo Gil Lavedra. El kirchnerismo aspira a obtener en la sesión de mañana en el recinto entre 150 y 160 voluntades, y a las propias sumará las del ARI, el socialismo, el Peronismo Federal (el ex duhaldismo dialoguista), y al menos tres de los cinco radicales que suelen votar en sintonía con la Casa Rosada. El objetivo es impedir que Patti junte 80 votos, y hay un grupo de radicales no kirchneristas que piensa desobedecer a la mayoría del bloque, encabezados por la radical ibarrista Silvana Giudici, que colaborará en tal sentido. “Para la UCR es la peor paradoja de su historia”, afirmó Giudici a Página/12 respecto de la posibilidad de que su partido le abra la puerta del Congreso al represor.

En los pasillos del Congreso, los oficialistas especulaban la semana pasada con que el asunto Patti “debería” ser más fácil que la aprobación de la reforma del Consejo de la Magistratura. Pero, por las dudas, el presidente Néstor Kirchner habría advertido a su tropa legislativa que el que no se haga presente mañana en el recinto para votar en contra del represor, ni piense con tener un lugar en el acto de Plaza de Mayo.

Tras el fracaso del Comité Nacional de la UCR de torcer la decisión del bloque, que apoyó el dictamen elaborado por Pedro Azcoiti en la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento a favor del ingreso del ex subcomisario al Congreso, pocas esperanzas quedan para la reunión de hoy. Giudici comentó a Página/12 que no cree posible un escenario en el cual el bloque otorgue libertad de conciencia a sus integrantes. Quienes están dispuestos a apoyarla en contra de Patti serían Angel Rozas, Roberto Iglesias, Miguel Giubergia, Vilma Baragiola, Sergio Varisco y otros tres diputados de esa fuerza.

El caso Patti, al igual que la Plaza del 25, profundizó las diferencias internas. No pocos cuestionaron la reacción tardía de Rozas, a contramano del bloque. Así como el ex presidente Raúl Alfonsín salió a bancar las aspiraciones del represor, la secretaria general de la UCR, Margarita Stolbizer, adhirió a todos los argumentos de Giudici en contra de Patti. Lo hizo durante la reunión del jueves entre el Comité Nacional, el bloque de diputados radicales, su presidente Fernando Chironi y el de senadores, Ernesto Sanz. Y fue una de las que instó a que la bancada diera libertad de acción. Según pudo saber este diario, en ese encuentro los opositores a Patti fueron presionados para que el martes se abstengan en la votación. Algo que Giudici aclaró que no está dispuesta a hacer.

En diálogo con Página/12, la legisladora recordó que fue la primera en manifestarse en soledad a favor de la impugnación del represor, y lamentó que el Comité Nacional y las voces que se sumaron a su postura no se hayan expresado antes, cuando se debatió el dictamen de Azcoiti. “Es una incógnita qué van a hacer los que están incómodos con el tema y no tienen la posibilidad de adherir a una segunda postura”, comentó. Para la legisladora y ex funcionaria ibarrista, “los argumentos en contra de la impugnación pueden ser válidos, pero ningún argumento político es válido ante casos en los que están implicados sospechados por delitos de lesa humanidad, pasa a ser de un rango inferior. Y todo puede ser atendible, incluso el rechazo a que un pro-oficialista ocupe su lugar, pero es algo que me interpela la conciencia”, enfatizó.

Respecto del costo político que pagaría el radicalismo en caso de facilitar el acceso de Patti a su banca, Giudici afirmó que “el primer costo será el de quienes lo llevaron en la boleta, muchos de ellos aliados actuales del kirchnerismo”. Según su análisis, la UCR queda en situación vulnerable de todos modos. “Para el radicalismo es la peor paradoja de la historia: los peronistas lo llevan en su boleta y nosotros pagamos el costo de no bloquearlo”, aseguró. Esta diputada, que hizo sus primeros pasos en un comité de La Boca y tiene tradición de rebeldía partidaria, aseguró que una reforma a la Ley de Etica Pública sería eficaz para casos similares. Pero destacó que en el de Patti “la voluntad de los electores no se vulnera porque como persisten las listas sábana, sube el que le sigue, es decir que la fuerza está representada, y además Patti no fue cabeza de lista”.