En un día cargado de fútbol y negocios, el presidente Néstor Kirchner almorzó ayer con los reyes de España, luego se reunió con varios empresarios que tienen emprendimientos millonarios en la Argentina y selló con un apretón de manos el regreso estatal a Aerolíneas Argentinas. La firma de la carta de intención por la cual el Estado nacional reingresa a Aerolíneas adquiriendo entre un 5 por ciento y un 20 por ciento del paquete accionario fue el hecho más importante de esta jornada española. El texto fue firmado por los ministros Julio De Vido y Felisa Miceli, en representación del Gobierno, y por Horacio Fargosi y Antonio Mata por el grupo Marsans. Y para terminar este día de reyes y millones, Kirchner se dio el gusto de ver el partido de la Selección que definió “el grupo de la muerte” junto al jefe de gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, con quien compartió una cena informal y futbolera en el Palacio de La Moncloa.

Kirchner, que encabezó todas las reuniones con los empresarios y selló el acuerdo sobre Aerolíneas con un apretón de manos, miró su reloj y apuró el último encuentro de la tarde para dirigirse luego, con su esposa, a La Moncloa. Otro punto saliente de la jornada lo protagonizó la ministra Miceli, quien se reunió con el vicepresidente segundo del gobierno y ministro de Economía, Pedro Solbes, para oficializar el inicio del proceso de reestructuración de la deuda con el Club de París.

“El Presidente estuvo de buen humor todo el día”, dijo a Página/12 un funcionario que tuvo acceso al primer piso del Palacio de El Pardo, una construcción de fines de siglo XV que fuera coto de caza de los reyes y luego la fortaleza en la que habitaba el dictador Francisco Franco. Allí se desarrollaron siete encuentros perfectamente sincronizados, como el partido de la Selección contra Serbia y Montenegro.

El primero fue con el secretario general de la Comunidad Iberoamericana, Enrique Iglesias, quien subió las amplias escaleras para iniciar una seguidilla de reuniones que, según el propio ex presidente del BID, fueron “muy cordiales”. Iglesias fue el único de los contertulios de Kirchner que dialogó con la prensa (ver recuadro), ya que el resto de los asistentes entraba por un portón, a unos cien metros de la guardia periodística, en Mercedes-Benz o Audi con vidrios polarizados.

Así se sucedieron después de Iglesias el presidente de Gasban, Salvador Gabarro; César Aierta, de Telefónica; representantes del grupo de obras viales Obras con Huarte; Isidro Faine, del grupo Abertis, que adelantó un plan global de 800 millones de dólares de inversión; los directivos de Marsans que suscribieron el acuerdo; Manuel Pizarro, de Endesa, y cerró Francisco Luzon, del Banco Santander.

En todos los casos estuvieron junto al Presidente el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y los ministros De Vido y Miceli. Queda para hoy lo que el Gobierno considera “el otro anuncio fuerte”: el plan de inversiones de Repsol-YPF.

“Por hoy es bastante”, dijo uno de los voceros del Gobierno tras la agotadora seguidilla, y puso énfasis en “el acuerdo con Aerolíneas”. Lo que se ha fijado con Aerolíneas es la participación del Estado en la que fuera “línea de bandera”. La aprobación del postergado balance del 2005, primer punto de la carta de intención, le permitirá a la compañía reaparecer en los mercados bursátiles, territorio vedado hasta el momento. “Ese ha sido el aporte del Gobierno”, sostuvo la fuente que se mostró confiada en que “aparecerán más inversores”. De ahora en más, con un piso del 5 por ciento y un techo del 20 por ciento que aleja los temores de una eventual estatización, tendrá como socio al Estado, que colocará dos titulares y dos suplentes en la mesa del directorio, uno y uno en la Comisión Fiscalizadora.

Si bien lo firmado no establece la posesión de una “acción de oro”, las acciones “Clase A” le permitirán al Gobierno incidir en las “decisiones estratégicas, como por ejemplo: aumentos significativos de capital, alianzas estratégicas u operaciones que afecten a la aerolínea o deba alinearse con la política aerocomercial argentina, o resolver sobre la eliminación o reducción de los servicios de transporte aerocomercial de cabotaje”, como estipula el punto uno.

Los voceros oficiales insistieron en que “el tema tarifas no se trató”, aunque otros miembros de la comitiva sostienen que hubo un párrafo en que el Gobierno anunció que va a iniciar “un estudio de mercado y factibilidad”, lo cual puede ser interpretado como un ajuste de tarifas a futuro.

Entre los otros encuentros, que precedieron al del acuerdo por Aerolíneas, se destaca el que durante más de media hora mantuvieron con Isidro Faine, titular del grupo Abertis, que está trabajando en la Argentina y que adelantó una inversión de alrededor de los 800 millones de dólares. El grupo tiene en sus planes la construcción del tramo 4, acceso oeste de la ruta Luján-Mercedes, demorado seis años, la construcción de distribuidores sobre la Avenida General Paz, mejoras en la Ruta 4 con intercambiadores y luminarias nuevas, y por el régimen de “iniciativa privada” la construcción de cuatro carriles (dos de ida y dos de vuelta) de “vía rápida” de punta a punta de la General Paz.

Después de la sexta y agotadora reunión de negocios, desde La Moncloa ya se había oficializado la invitación de Rodríguez Zapatero para ver juntos el partido de la Selección. Faltaban apenas 15 minutos y había que atravesar Las Rosas, el exclusivo barrio en el que viven los galácticos del Real Madrid, para llegar a La Moncloa. Anoche el fútbol fue apenas un recreo en el clima de negocios con que se vive esta visita presidencial a España.