Con los elogios que volcó sobre la figura y la gestión del presidente argentino, y con la confirmación del adelanto de inversiones para el próximo trienio, el titular de Repsol-YPF ratificó el interés de la petrolera de mantener a la Argentina como terreno estratégico de operaciones. El Gobierno recibió con beneplácito la información dada por Antonio Brufau, porque implica comprometer inversiones que apuntan a detener la tendencia declinante tanto en las reservas como en la producción de hidrocarburos. Para Repsol-YPF, la Argentina representa año tras año una proporción menor de sus reservas de hidrocarburos en el mundo pero, significativamente, una proporción cada vez mayor de sus ganancias. Si no es por lo primero, sin dudas lo segundo es una razón válida para que la petrolera siga manteniendo a este país como un espacio estratégico dentro de sus negocios.

En su presentación en Madrid frente a los presidentes Néstor Kirchner y José Luis Rodríguez Zapatero, Brufau no sólo anunció el plan de inversiones de la empresa en Argentina por 6 mil millones de dólares entre 2007 y 2009, sino que ensalzó la gestión del mandatario argentino. Le adjudicó como “un éxito” de su gobierno “la notable recuperación de la economía, el mejoramiento del clima de confianza en los negocios y el aumento de la inversión a partir del ahorro interno”. Un gesto que no puede dejar de verse como una manifestación de consolidación de la alianza política con el Gobierno.

Durante el ejercicio 2005, los negocios en la Argentina de Repsol representaron casi la mitad de los 3100 millones de euros que obtuvo como beneficios en sus operaciones globales. Como exportador de crudo y gas, y con las ventas internas de gas a industriales con precio desregulado, el aumento del precio de referencia del petróleo benefició sustancialmente los márgenes de ganancia de la compañía. Así, pese a que tanto la producción de gas como la de petróleo en la Argentina resultaron menores que en el año 2004, sus ganancias aumentaron.

Las reservas probadas de hidrocarburos desarrolladas de Repsol en la Argentina representaban, a diciembre del 2000, el 76 por ciento de sus reservas totales en el mundo. A diciembre del año 2005, esa proporción había caído al 55 por ciento. Y no sólo por el ajuste en la magnitud de las reservas que practicó a principios de año la empresa, que significó un recorte del 25 por ciento en los volúmenes contabilizados. La caída en las reservas de hidrocarburos en los últimos cinco años más que duplicó aquel ajuste: alcanzó al 56 por ciento. Si bien la Argentina no presenta condiciones que alienten esperanzas de descubrimientos que reviertan esa tendencia declinante, reinvertir parte de las ganancias en el país sí le aportará a la empresa elevados índices de rentabilidad en sus resultados globales.

La apuesta de Repsol, en sí, estará apuntada al desarrollo de áreas de exploración y producción de hidrocarburos por 4600 millones de dólares, incluido el impulso a la actividad off shore (búsqueda en el lecho marino) en aguas profundas, en asociación con Enarsa. “Tras un análisis profundo de nuestros activos, entendemos que existe una oportunidad interesante para adelantar inversiones y contribuir a la extensión del autoabastecimiento energético de la Argentina”, sostuvo Brufau.

Los restantes 1400 millones del plan se orientarán al área de Refinación, Marketing y Química, fundamentalmente al reequipamiento de las refinerías para el procesamiento de crudos pesados y el incremento de la producción de gasoil.