La asamblea del lunes se espera con incertidumbre en la Universidad de Buenos Aires. Relegado todo asunto académico o político, la cuestión que domina la inquietud de los universitarios es si el Gobierno enviará o no la custodia policial solicitada por el vicerrector de la UBA para evitar una quinta asamblea frustrada a manos de la protesta estudiantil. Durante el correr del día se multiplicaron los rumores, primero confirmando el operativo de seguridad y, ya a la noche, asegurando que no lo habrá. Lo único claro, haya o no haya escolta policial, es que la situación será compleja para la universidad: si no hay, porque es muy probable que la FUBA impida la sesión y no se pueda elegir al rector ni abrir el proceso de reforma estatutaria; y si hay, porque desde el principal espacio opositor el candidato Alberto Kornblihtt reiteró que la asamblea debe ser pública y que no participará de una sesión cerrada y rodeada por uniformes.

La solicitud de custodia policial fue elevada por el vicerrector Aníbal Franco el martes y hasta ayer no había llegado ninguna respuesta oficial. Por eso, afloró la inquietud en el bloque mayoritario de la UBA, el grupo que integran radicales, peronistas y aliados y que, de haber asamblea, lograría designar como rector a Alberto Boveris, decano de Farmacia. “Ante la ausencia de respuesta (del Ministerio del Interior) y frente a los llamados de numerosos asambleístas preocupados por su seguridad”, las autoridades de la universidad manifestaron su preocupación y recordaron que “es responsabilidad exclusiva del Estado nacional garantizar la seguridad de las personas”. Lo hicieron mediante un comunicado emitido a las 17.46.

Apenas pasadas las 18, Boveris comentó a este diario: “Sabemos que el ministerio pone en marcha un operativo de control del área del Colegio Nacional Buenos Aires. Será un mensaje claro de que va a hacer asamblea”. Según se comentó luego, las autoridades del colegio –sede de la asamblea– recibieron un mail de la Policía Federal informando que el lunes los accesos a Bolívar entre Alsina y Moreno van a estar cerrados, y pidiendo que se arbitren los medios para identificar a las personas autorizadas por la UBA a ingresar (los 236 asambleístas, la prensa, invitados y personal). El vallado –se rumoreaba a esa hora– podría desplegarse hoy para prevenir una toma. Pero a las 20 la inquietud estaba de regreso. ¿Por qué? El ministro del Interior, Aníbal Fernández, respondió los varios llamados del vicerrector. Las diversas fuentes consultadas por Página/12 dieron dos versiones de la conversación. Una, que el ministro le comunicó a Franco que el Gobierno no había tomado aún una decisión política sobre el envío de la fuerza pública. Otra, que el ministro le comunicó que no van a enviar a la policía. “El operativo estaba organizado, hasta se envió un mail al colegio, pero faltaba la orden política –confió un dirigente universitario–. Al final se canceló por la oposición de Daniel Filmus”, ministro de Educación.

“La asamblea debe hacerse, pero en forma pública”, dijo Kornblihtt a este diario. Postulado como rector por consejeros de Sociales, Exactas, Filosofía y Arquitectura, el profesor confirmó que no entrará a la asamblea si hay custodia policial. “Lo mantengo absolutamente. Mi impresión es que muchos de los consejeros de nuestro espacio tampoco van a ingresar si está la policía.” A la vez, destacó: “Les pedí públicamente a los estudiantes de la FUBA que no impidan la sesión. Que se manifiesten pero dejen reunirse a la asamblea”.

Tan riesgoso, y políticamente costoso, es en la universidad llamar a la policía que las autoridades de la UBA decidieron publicitar por qué lo hicieron. Mañana se publicará una solicitada cuyo texto destaca: “La universidad pública no tiene ni debe tener una fuerza de seguridad propia”; “la legislación vigente establece que ante el pedido de la autoridad universitaria legítimamente constituida la fuerza pública deberá asistirla”.

Mientras, la dirigencia de la FUBA ratificó que habrá movilización estudiantil. “No sabemos si el Gobierno va a mandar la policía, ni qué rol va a tener si viene –dijo María Damasseno, copresidenta de la federación–. Estamos analizando la posibilidad de ocupar el colegio el domingo a la noche o ir directamente el lunes para exigir que se democratice el estatuto de la universidad.”