Sábado, 15 de julio de 2006 | Hoy
EL PAíS › LA POLICIA DETUVO A UN SOSPECHOSO DE SER EL AGRESOR DE BELGRANO
La detención se originó en Munro tras la llamada de un vecino. Se trata de Martín Ríos, de 27 años y gran parecido al identikit. Llevaba un arma como la usada en los ataques e intentó escapar.
Por Raúl Kollmann
“Hay un 90 por ciento de probabilidad de que efectivamente sea el francotirador que disparó en la avenida Cabildo, en la calle Crámer contra una confitería, en la estación Belgrano R contra un tren y, casi seguro, en un caso más en Olazábal y Moldes. La certeza absoluta la dará la pericia balística que ya se está haciendo y que tiene un primer resultado aportado por la División Científica de la Policía Bonaerense: el arma fue disparada recientemente. Además, el detenido responde a los siete identikits que se hicieron, tenía encima una pistola Bersa calibre 380, o sea el mismo calibre y marca usados en todos los hechos, y dos cargadores con 25 proyectiles marca CBC, también la misma marca usada en Cabildo y José Hernández. Por último, el hombre vive en la calle Crámer al 2100 de Belgrano, a una cuadra de la confitería que fue atacada el 2 de marzo.” De esta forma, una altísima fuente de la investigación confirmó anoche que el sujeto detenido, Martín Ríos, de 27 años, sería el agresor que mató a Alfredo Marcenac e hirió a otras seis personas hace una semana. Ríos no tiene antecedentes penales y está afiliado a la Obra Social de Pilotos de Líneas Aéreas Comerciales y Regulares, lo que indicaría que tuvo entrenamiento civil o militar como piloto. “Es un Rambito”, remató uno de los principales investigadores.
Según fuentes del Ministerio de Seguridad bonaerense, en el teléfono 911 se recibió el llamado de un vecino señalando que frente a su domicilio, en la esquina de San Lorenzo y Uzal, Munro, se movía un sujeto en actitud sospechosa. Concurrió un patrullero que abordó al individuo cuando estaba a punto de subir a un auto. Cuando se le pidió la identificación, el hombre se resistió, hubo un fuerte choque físico y tuvieron que actuar cuatro policías para reducirlo. Entre sus ropas se encontró una pistola calibre 380 marca Bersa. Trasladado a la comisaría 3ª de Vicente López, el jefe de la dependencia, viendo que coincidían el calibre del arma y el aspecto del sujeto con lo que fue difundido en los últimos días, se comunicó con la comisaría 33ª de la Capital Federal, a cargo de Ricardo Torre, que junto a la División Homicidios está a cargo de la investigación. Una comisión policial se dirigió entonces al lugar donde se encontraba el hombre detenido y evaluó todos los elementos coincidentes:
- La fisonomía es semejante a los siete identikits realizados por siete testigos distintos de lo ocurrido en Cabildo y José Hernández. Entre los identikits existe una similitud asombrosa.
- La pistola secuestrada es marca Bersa 380, la misma marca y calibre que fue determinado por la División Balística de la Policía Federal.
- Se encontraron dos cargadores, con un total de 25 proyectiles brasileños marca CBC, la misma que se usó en el ataque de la avenida Cabildo.
- Según señaló anoche el ministro de Seguridad Bonaerense, León Arslanian, Ríos viven en la calle Crámer, en Belgrano, a una cuadra de la confitería ubicada en la esquina de Juramento, y en la zona donde se produjeron los demás ataques.
Con todos estos elementos, los investigadores de la Policía Federal que están a cargo del caso evaluaban que se trataría del francotirador, aunque la última palabra la tienen las pericias balísticas. Los datos iniciales indicaron que el arma fue disparada recientemente.
Ríos está detenido en la provincia de Buenos Aires por el delito de tenencia ilegal de arma de guerra, ya que tenía encima esa pistola 380, sin permiso para portarla. Es decir que tenía un permiso de legítimo usuario, pero no para cargar el arma encima. Como agravante está el hecho de que la numeración de la pistola Bersa estaba burdamente adulterada.
De todas maneras, anoche mismo se iban a empezar los trabajos periciales más importantes, comparar una bala testigo disparada en el laboratorio de Balística con la pistola de Ríos con los proyectiles que se utilizaron en los hechos que se le adjudican al francotirador. Como adelantó Página/12 en exclusiva en su edición del jueves, las pericias realizadas por la Policía Federal indicaban que el arma usada en Cabildo y José Hernández es la misma que la utilizada en Crámer y Juramento el 2 de marzo y cerca de la estación Belgrano R del Ferrocarril Mitre el 16 de junio. Nuevos trabajos de balística, adelantados a los investigadores, llevaron a la conclusión de que de la misma arma, Bersa calibre 380, salieron los disparos realizados contra un colectivo de la línea 67 en junio de 2005, el domingo en que se celebraba el Día del Padre. Hasta anoche, no se sabía adónde se iban a periciar los proyectiles y, si como piensan los investigadores, hay coincidencia con el arma secuestrada a Ríos, éste quedará a disposición de la jueza de la Capital Federal, María Dolores Fontbona de Pombo.
Este diario le preguntó a uno de los investigadores si en realidad Ríos fue sorprendido cuando se aprestaba a realizar otra acción, allí en Munro.
–Tenía el arma encima, dos cargadores, 25 proyectiles, ¿estaba a punto de actuar otra vez? –preguntó Página/12.
–Nunca se puede saber, pero la lógica nos indica que no –evaluó el investigador–. Siempre consideramos que estábamos ante una especie de Rambo, que todo el tiempo lleva encima la pistola y los proyectiles. También había fijado una especie de coto de caza, Belgrano, y no teníamos del todo claro si vivía allí, lo que nos parecía muy posible porque en el ataque a la confitería huyó en bicicleta, o si llegaba a la zona en tren y entonces el área de Belgrano fue el elegido porque tiene muchas vías férreas y él usaba esa forma de escaparse, en algún caso con bicicleta y todo. Es decir que, en principio, no encaja demasiado un ataque en Munro, donde lo detuvieron. Además, lo ocurrido en Cabildo y José Hernández fue muy fuerte, de muchísimo impacto, y lo que pensaban los psiquiatras es que eso lo llevaría a parar un par de semanas como mínimo. Pero no es que uno pudiera tener garantía de ese diagnóstico. La mejor prueba es que llevamos muchísimos policías de civil a la marcha que se hizo el jueves en la esquina de Cabildo y José Hernández. No descartábamos para nada que el sujeto volviera a actuar o que, por ejemplo, fuera a regodearse con su obra. Por lo tanto, el hecho de que en el momento de la detención llevara encima la pistola y los dos cargadores tal vez no tenga que ver con que estaba por actuar sino con su perfil de Rambo, seguramente alguien que va a un polígono de tiro, un gimnasio, usa la campera negra que ahora parece que encaja con su carácter de aviador y destila un odio que se traduce en que, de tanto en tanto, descarga un cargador entero contra distintas personas sin razón alguna.
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