“Yo le digo al Presidente: ‘Cuidate, Néstor, que la derecha va a venir con todo’”, comenta a este diario el diputado kirchnerista Edgardo Depetri. La preocupación que Depetri le transmite al Presidente no es otra cosa que un probable plan desestabilizador que podría incluir “la realización de asesinatos por encargo y la implementación de una política del terror”. En el insólito análisis que hace Depetri, también habría que incluir los actos que reivindican a la última dictadura militar, el último apagón que se vivió en algunos barrios de la ciudad de Buenos Aires y los reclamos de sectores del agro que “quieren preservar sus intereses”.

Depetri considera que hasta el momento no hay ningún opositor que pueda enfrentar a Néstor Kirchner con alguna chance de triunfo en las próximas elecciones presidenciales del 2007. Especula con que alentado por los sectores de la derecha política y el poder económico, con la aquiescencia de los Estados Unidos, se puede implementar una movida desestabilizadora. “El principal candidato de la derecha todavía no salió a la cancha”, dice Depetri cuando se le piden precisiones. No duda en identificar a ese candidato y dice que no es otro que Carlos Menem. “El menemismo está fuertemente vinculado con la policía de gatillo fácil y con los asesinatos que todavía no están esclarecidos”, repite para explicar sus puntos de vista.

Parte de estas opiniones, Depetri no solamente las comparte con el Presidente y dirigentes del oficialismo sino también con algunos líderes latinoamericanos. El tema formó parte de las conversaciones que algunos kirchneristas mantuvieron con el ex alcalde de Porto Alegre y miembro del Partido de los Trabajadores, Raúl Pont. Depetri analiza que la política desestabilizadora también tendría como objetivo impedir la reelección de Luiz Inácio Lula da Silva, para avanzar en la creación del ALCA. En este punto, considera que el fuerte enfrentamiento que la policía de San Pablo mantuvo con bandas delictivas vinculadas con el narcotráfico forma parte de esa política. La movida también alentaría el separatismo de Santa Cruz, en Bolivia, para debilitar al gobierno de Evo Morales y estigmatizar al venezolano Hugo Chávez como un peligroso terrorista internacional.