“Todavía no soy candidato”, aseguró ayer Roberto Lavagna en el programa de Mirtha Legrand, pero en la mesa de la diva habló todo el tiempo como si efectivamente fuese a disputar la presidencia el año próximo, a punto tal que precisó que se propone construir “una alternativa” al Gobierno y dijo que llegado el caso le “da exactamente lo mismo” enfrentar a Néstor Kirchner o a su esposa, Cristina Fernández. En ese marco, el ex ministro de Economía volvió a diferenciarse de la administración kirchnerista y echó mano al mismo repertorio de siempre: cuestionó, entre otras cosas, el vínculo de Kirchner con el venezolano Hugo Chávez y el camionero Hugo Moyano y le criticó su manejo del tema de las papeleras y del gas con Chile. Lavagna no descartó un eventual acercamiento con Mauricio Macri.

Lavagna está decidido a marcar distancia del Gobierno y con ese propósito fue a “Almorzando con Mirtha Legrand”. Aunque no le dio a la anfitriona el gusto de anunciar en su mesa si finalmente será candidato presidencial en 2007, el ex titular de Hacienda volvió a confrontar con el kirchnerismo y afirmó que tomará una decisión al respecto “cuando sienta que eso le aporta algo al conjunto de la sociedad argentina”.

“Si con eso se logra construir una alternativa, no una oposición por oposición; bienvenida”, señaló el ex ministro acerca de su posible postulación a la presidencia. Después de aclarar que “es muy difícil hacer las cosas solos” en una campaña electoral, reconoció que le están dando “apoyo” distintos sectores del radicalismo y “parte del Partido Justicialista”, en alusión a los ex duhaldistas que lo alientan a anotarse en la carrera presidencial.

Lavagna no les cerró la puerta a Macri ni a Ricardo López Murphy. “Son ellos los que llegado el caso tendrán que decidir si efectivamente pueden compartir o no un programa”, sostuvo. Remarcó además que “hay candidatos que tienen que demostrar lo que van a hacer. Yo vengo de estar casi cuatro años con dos presidentes en la peor crisis de Argentina en muchos años”.

En tono de candidato y habiendo dicho que eventualmente le “da exactamente lo mismo” disputar la presidencia con Kirchner o su esposa, Lavagna arremetió contra el Gobierno. Una de sus críticas fue que la presentación por las papeleras ante el Tribunal de La Haya es un “engaño” y al respecto expresó que la solución sería “el estricto control medioambiental” de la planta de Botnia, ya avanzada en su construcción, y “el desplazamiento” de las instalaciones de Ence.

Lavagna disparó directamente contra Kirchner cuando afirmó que “el Gobierno a veces parece ser todopoderoso con los periodistas y con los países vecinos, pero al mismo tiempo es muy débil con los camioneros, con Chávez, con las elecciones en la universidad”. “La dureza –remató– es con algunos, pero no es igual con todos.”

El reproche de Lavagna a Kirchner por su relación con Chávez y con Moyano no es nuevo. La mención a la “universidad” estuvo vinculada con el conflicto por la designación del rector de la UBA y la alusión a los “países vecinos” llegó a cuento del asunto del gas con Chile. Por ese tema, acusó al Gobierno de “falta de seriedad” y advirtió que “no se puede un día decir una cosa y al otro día hacer otra”.

“Si se pretende acumular controles de precios hasta las elecciones del año que viene, se corren riesgos”, alertó además el ex ministro. Lavagna, quien dijo que el Gobierno lo quería “como candidato por la Ciudad” para “no perder” las elecciones porteñas, destacó también lo hecho por Eduardo Duhalde en la superación de la crisis.