Los trabajadores y afiliados del Hospital Francés resolvieron en asamblea reclamar la renuncia de todos los funcionarios de la intervención, pero dejar abierto el canal de negociación con el Gobierno para evaluar la semana que viene las propuestas de resolución al conflicto. Por otra parte, los interventores y la dirección, junto con otras 40 personas, fueron citados a declarar por los violentos incidentes del martes. En la asamblea que realizaron los trabajadores decidieron seguir durante el fin de semana largo con la ocupación del edificio y con las guardias mínimas para garantizar la atención de los pacientes que continúan internados. Acordaron también pedir la renuncia de los interventores para avanzar con las negociaciones en la reunión que tendrán el martes.

“No queremos de interlocutor a la intervención porque son amorales. Exigimos que se vayan. Hasta ahora no han hecho más que administrar miseria –dijo a Página/12 Mónica Melián, enfermera y delegada gremial del Francés–. Si desplazan al interventor (José Luis) Salvatierra está bien, pero quedan los demás. González también trabajó para vaciar el hospital. Hace unos días envió un fax desde el Anexo a la Guardia donde les indicaba a los médicos que la abandonaran.” Con respecto a la propuesta gubernamental de crear un fideicomiso integrado por varios actores como el Estado nacional, el bonaerense y algunas empresas privadas y sindicatos para generar ingresos hasta que el hospital sea autosustentable, la delegada estimó que “nosotros estamos abiertos a resolver el problema mientras se mantenga la fuente de trabajo. Pero la propuesta nos pareció todavía muy en el aire, sin contenido concreto. Estamos a la expectativa de la reunión del martes para ver qué hay”.

Por su parte, también el delegado David Garutti afirmó que aunque mantienen su “postura de nacionalización del hospital” las negociaciones pueden llegar pronto a un acuerdo. “Se ha decidido una especie de parate si el Gobierno hace efectivo el pago de los salarios y si incorpora a las 100 familias cesantes y despedidas”, declaró.

Los empleados aseguraron que a los 27 pacientes que había hasta la mañana de ayer en el lugar puede que se le sumen en las próximas horas algunos más, ya que se reabrió la internación y que los medicamentos disponibles, según un inventario realizado el miércoles, durarán una semana más, con la actual cantidad de internos. Karina Daverio, afiliada al plan de salud del hospital e hija de uno de los internados, afirmó que “lo único que quieren es que cierre el Hospital Francés. No lo vamos a permitir”.

Funcionarios del gobierno nacional dijeron a Página/12 tener cierto malestar por los condicionamientos que plantean los trabajadores con respecto a la exigencia de renuncia de la intervención para negociar, ya que el Estado obra de buena fe. Además también informaron que la idea seguía siendo que el hospital continúe bajo el ámbito privado, lo que daría por tierra con la propuesta de los empleados y afiliados para que sea absorbido por la estructura estatal. La propuesta oficial constaba del ofrecimiento de provisión de insumos para la correcta atención de los pacientes internados que quedaban, y la posible creación del fideicomiso. Por otro lado, el juez de instrucción porteño Javier Anzoátegui tomó la decisión de citar a indagatoria para la semana próxima y como sospechosos de distintos delitos al director médico del Francés, Walter González, el interventor, José Luis Salvatierra, y a los directivos Jorge y Alejandro Silento, Carlos Ballesteros y Carlos Riquelme. A todos se les imputaron distintos delitos por los disturbios sucedidos el martes último durante el conflicto gremial en el hospital, como por ejemplo “instigación a la violencia”.

Anzoátegui ya había convocado a declaración indagatoria a unos cuarenta imputados, entre ellos el delegado gremial David Garutti y el barrabrava y militante peronista Sergio “El Gordo Tuto” Muhamad.