Sandra Montero, ex secretaria del ex senador Remo Costanzo que declaró haber visto en el despacho del rionegrino un maletín lleno de dinero al que no dudó en identificar como proveniente de los sobornos que habrían rodeado la aprobación de la ley de reforma laboral en el 2000, fue incluida en el Programa de Protección de Testigos.

La mujer, que declaró que su ex jefe recibió unos 300 mil pesos por votar la ley impulsada por el gobierno de Fernando de la Rúa, había solicitado acogerse al régimen de testigo protegido cuando declaró frente al juez Daniel Rafecas el pasado 17 de agosto. Por un plazo de seis meses, Montero cobrará unos 2300 pesos mensuales, tendrá una custodia personal y también podrá tener una nueva identidad, si así lo solicita.

El programa al que pidió acogerse Montero fue creado hace tres años y funciona bajo la órbita operativa del Ministerio de Justicia. Son los magistrados los que deciden si al testigo le corresponde la protección de ese sistema y el monto de la asignación mensual. Eventualmente también pueden definir otras cuestiones como la necesidad de garantizarle un trabajo o medio de vida a quien aporta datos destacados o confiesa su participación en algún hecho de importancia. Concretamente la ley señala que se dirige a “imputados y testigos que se encontrasen en una situación de peligro para su vida o integridad física, que hubieran colaborado de modo trascendente y eficiente en una investigación judicial de competencia federal”.

Desde que se inició el programa, en ámbitos del Ministerio de Justicia se recibieron 68 casos. En trámite se encuentran 20. Trece casos cuentan con custodia prestada por distintas fuerzas de seguridad. En cinco casos se otorgó una ayuda económica que se abona mensualmente. En todos los casos el límite temporal para esa ayuda económica es de seis meses. En esta misma investigación, el arrepentido Mario Pontaquarto también estuvo amparado por el régimen de protección de testigo. A diferencia de Montero, que declaró como testigo, Pontaquarto fue imputado como partícipe necesario del soborno.