Los trabajadores del Hospital Francés acordaron ayer levantar las carpas y banderas montadas en el centro de salud, como un “gesto” hacia el gobierno nacional para destrabar el conflicto. En tanto, la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil ratificó una medida cautelar que había ordenado al sanatorio garantizar la asistencia médica a los afiliados y a los pacientes internados. Aunque abierto, el diálogo entre los trabajadores y las autoridades está empantanado.

Los empleados médicos y no médicos de la prepaga porteña se reunieron en asamblea y decidieron por mayoría acceder al pedido que había hecho la Casa Rosada, a fin de avanzar con una salida para el quebrado hospital. “Se resolvió levantar las carpas y despejar el hospital de banderas, como un gesto al Gobierno, porque hoy no nos recibieron porque dijeron que manteníamos la postura de lucha”, manifestó el delegado gremial David Garutti. Los trabajadores se habían quejado al mediodía porque no habían sido recibidos por el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, sino por el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli. Desde el Gobierno, voceros oficiales reconocieron a Página/12 que no los recibieron como estaba previsto porque “se hacen los irracionales, ya habíamos acordado que antes de la reunión de hoy (por ayer) tenían que desistir de la toma y normalizar las actividades” del hospital.

De todos modos, los gremialistas en lucha aclararon que en el breve encuentro que mantuvieron con Parrilli se exigió, como paso previo para cualquier negociación, la salida de todos los integrantes de la intervención judicial, reclamo que se mantendrá firme. En tal sentido la fuente consultada separó los tantos: por un lado la investigación por los incidentes con la participación de la “patota”, y por el otro la ratificación de la continuidad de la intervención, que a ojos del interlocutor “no hizo las cosas tan mal hasta ahora” desde el punto de vista del manejo financiero de la institución.

“El Gobierno sigue apoyando a esta intervención patotera y no nos mandan los insumos para que podamos seguir atendiendo a los pacientes que siguen estando en el hospital”, aseveraron los trabajadores cuando salieron de Casa Rosada. En un comunicado, se quejaron de no haber sido recibidos, “en contraste con la reunión, a puertas cerradas, que mantuvieron con un directivo del hospital”.

La semana pasada los gremialistas y empleados chocaron con militantes del kirchnerismo porteño en la sede hospitalaria, tras lo cual los sindicalistas exigieron la renuncia de las autoridades. Luego de ese episodio, ocurrido el martes, el juez Javier Anzoátegui convocó a declarar a unas treinta personas que participaron de los incidentes. En las reuniones posteriores el Gobierno garantizó que cobren parte de los salarios atrasados y que no cierre la institución, pero no logran ponerse de acuerdo respecto de la estatización del hospital y la salida de la intervención, dos de las demandas de los trabajadores.