En un intento por convencer al Banco Mundial de que suspenda la financiación a Botnia, la secretaria de Medio Ambiente, Romina Picolotti, comenzó una ronda de visitas a representantes del directorio del organismo de crédito. El reclamo del gobierno argentino es que el BM congele su decisión de otorgar 470 millones de dólares a la compañía finlandesa, hasta que la Corte de La Haya se expida sobre el conflicto. Pero la funcionaria no llegó sola a Washington: el viceministro de Industria uruguayo, Martín Ponce de León, también realiza gestiones para conseguir que el Banco le diga sí a Botnia. Mientras tanto, el rey de España fijó fecha para empezar el diálogo entre Uruguay y la Argentina: será el 14 de noviembre.

Picolotti prevé hablar en el Banco Mundial con dieciséis de los veinticuatro representantes ejecutivos del directorio. El organismo comenzará en quince días el análisis de los créditos. Los antecedentes no favorecen al reclamo argentino: el BM siempre aprobó las solicitudes que, como en este caso, tienen un aval técnico.

Por eso, el ministro de Economía uruguayo, Danilo Astori, dijo que ve que la perspectiva “es muy positiva” para su país. La decisión del BM, auguró, “se va a basar en un informe absolutamente favorable a los intereses de Uruguay”. El ministro viajará el lunes a Washington para sumarse a los movimientos que realiza allí el viceministro de industria.

Ayer, Picolotti se entrevistó con Jennifer Dorn, representante de Estados Unidos; con el director por Rusia, Alexey Kuasov, y con los de Alemania, Canadá, Italia y Corea. La secretaria les dijo a todos más o menos lo mismo: que el riesgo de contaminación es real –llevó para esto documentos técnicos– y que la pastera no tiene la licencia social de Gualeguaychú. Según sus voceros, cosechó reacciones variadas: la norteamericana consideró “importante tener información para decidir”, el delegado ruso coincidió en que “hacían falta más datos sobre la contaminación del río”, mientras que el canadiense Samy Watson fue el más frío. Picolotti se reunió más tarde con gente del Departamento de Estado y el Tesoro.

La fecha de inicio del diálogo “facilitado” por Juan Carlos de España fue dada conocer por el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, durante su informe ante el Senado. Habrá una reunión con enviados de la Cancillería argentina y otra similar con la Cancillería uruguaya. Tras anunciar la noticia, Fernández se manifestó en contra de los cortes de ruta, que “sólo sirven”, dijo, “para tensar” las cosas. Luego pidió “la colaboración” de los vecinos de Gualeguaychú “para que nada entorpezca lo que podemos lograr con los buenos oficios” del rey. Sin embargo, es evidente que no hay clima de diálogo: desde Uruguay, el ministro de Economía, Danilo Astori, anticipó que la instalación de Botnia “es un aspecto absolutamente innegociable”. Astori dijo que el objetivo del diálogo será el “corte de rutas y el bloqueo a Uruguay”, sobre lo cual “se supone que el rey va a facilitar” una negociación.