Joaquín Piña entró a la Legislatura de Posadas vestido con su ya clásica remera del arcángel San Miguel, nada más que esta vez, un poco más formal, se colocó un saco arriba. El obispo emérito de Iguazú encabezaba la audiencia de convencionales constituyentes de Misiones reunida por primera y única vez para rechazar la posibilidad de reformar la Constitución de la provincia. La votación comenzó a las 15 y quince minutos más tarde la reforma se había descartado por 20 votos contra 15. Con la votación se esfumaron definitivamente las aspiraciones re-reeleccionistas del gobernador Carlos Rovira.

Los resultados de la apertura –y cierre– de la Convención Constituyente no provocaron sorpresas. En la sala de audiencias se habían reunido los 20 convencionales del Frente Unidos por la Dignidad (FUD) que nucleó a todo el arco de la oposición bajo la figura del obispo Piña. Con sus votos rechazaron la reforma del artículo 110 de la Constitución, que permite una única reelección del gobernador y vice.

“Y ya lo ve/ y ya lo ve/ es para Rovira que lo mira por tevé”, se escuchaba en la sala. Los simpatizantes del FUD volvieron a la carga para hacerse sentir cada vez que alguno de los convencionales del oficialismo tomó la palabra. Jorge Franco, jefe de Gabinete del gobierno de Rovira, funcionó durante la asamblea como vocero del sector. “Nosotros –dijo– acatamos la voluntad de la mayoría, pero seguimos convencidos de que el gobernador Rovira merece un mandato más para completar su obra de gobierno.” Pero el público no le dio aliento, y toda vez que intentó mencionar algún logro de la gestión del gobierno, su voz terminó ahogada bajo las silbatinas.

Joaquín Piña, inexperto para este tipo de ceremonias y en su carácter de presidente ad-hoc de la sesión, abrió la audiencia con la toma de juramento a los 35 constituyentes. Luego de la jura, los convencionales lo eligieron titular del cuerpo legislativo durante el tiempo que dure su actuación, como exige el protocolo.

“El pueblo –dijo Piña– ya se expresó el 29 de octubre, nosotros solamente estamos ratificando su voluntad.” Y agregó: “Hoy la democracia ha dado un paso importante y la sociedad se ha quitado un peso de encima, ya que esta honorable Convención ha expresado su verdadero sentir”. Y cuando terminó con la sesión y con su corto mandato, explicó ante la telaraña de cámaras y grabadores que lo siguió de cerca que se tomará un descanso hasta el 4 de diciembre “porque ese día asume el nuevo obispo de la diócesis de Iguazú, el padre Marcelo Martorell”.

En los próximos días dejará Argentina. Se irá a España de vacaciones “porque –indicó– la verdad es que estoy un poco cansado”.

Como se sabía, la decisión de la asamblea de convencionales de ayer dejó técnicamente fuera de juego la reforma y las aspiraciones del oficialismo. Carlos Rovira ahora deberá dejar el gobierno indefectiblemente en 2007 cuando se cumplan ocho años de los dos períodos de mandato. En ese contexto, el oficialismo necesitará encontrar un nuevo candidato.

¿Qué sucederá con la oposición? Todavía el futuro del FUD es un misterio: la alianza tenía en la reelección una de sus claves y ahora los distintos sectores intentarán mantenerse unidos pero sin la presencia de Piña. El obispo emérito volvió a confirmar ayer que él no participará activamente en política. “Aunque quizás ofrezca un consejo a quien me lo pida –dijo–, pero no aconsejaré nombres para eventuales candidaturas.” La verdad, dijo después cuando le preguntaron si se había sentido cómodo, “es que me quedó muy grande el sillón”, sonrió.