“Si me toca ir de aguatero, lo tengo que aceptar.” Conocedor de las metáforas del fútbol (el aguatero es el puesto más intrascendente que le puede tocar a alguien en un equipo), Mauricio Macri manifestó ayer su disposición a declinar una candidatura presidencial en 2007 en beneficio del ex ministro de Economía Roberto Lavagna, si así se lograra consolidar un frente opositor. “Si uno se sienta a una misma mesa para discutir normas de convivencia se acepta cómo se definen las candidaturas. De lo contrario, no sería honesto haberme sentado a esa mesa”, dijo Macri. El diputado de PRO consideró que la declinación de su candidatura sería un “gesto de generosidad y patriotismo”. De esta forma, Macri sugirió que el tan mentado acuerdo con Lavagna está muy cerca de cerrarse. En tal caso podrían concretarse los consejos de Eduardo Duhalde, quien había propuesto a Lavagna como postulante a presidente por un amplio polo opositor y a Macri como candidato a gobernador o a jefe de Gobierno porteño.

El avance de la negociación por un acuerdo Lavagna-Macri también tiene sus detractores. La incorporación de la figura del ex ministro de Economía no agrada nada a Ricardo López Murphy. “(El polo opositor) no puede ser un rejunte del pasado, como si fuésemos una aspiradora. Si el problema es que hay que convocar a toda la oposición o todo lo que no está reflejado en el kirchnerato dentro del sistema institucional, no podemos empezar por personas”, dijo ayer López Murphy.

El dirigente de Recrear es uno de los principales obstáculos para la conformación de un amplio polo opositor de centroderecha. En más de una oportunidad mostró su reticencia en sumar al gobernador de Neuquén, Jorge Sobisch. Ahora no parece muy entusiasmado en acordar con Lavagna. “Ha sido un ministro emblemático del presidente Kirchner y nosotros hemos tenido una actitud enfrentada al Presidente, como es lógico a una alternativa opositora”, dijo López Murphy.

Si se lo juzga por sus declaraciones, la permanencia del dirigente de Recrear en el armado con Macri parece estar en pronóstico reservado. “Tenemos problemas con PRO por las reglas del juego. A nosotros nos parece mal la política que se hace en lugares reservados”, cuestionó López Murphy. Su figura podría atraer a los radicales que están intentando reunir a caras conocidas que pertenecieron a la UCR para presentar una fórmula presidencial propia y evitar así la “falsa dicotomía” entre Lavagna y Kirchner.

El propio Macri contestó ayer las críticas de su socio. “Se debe tener un gesto de generosidad y patriotismo”, exhortó. También salió a contestarle a López Murphy otro dirigente allegado al empresario, el diputado peronista Cristian Ritondo. “Hay que formar un frente con gestos, con defensa de lo institucional y de lo programático, deponiendo candidaturas y dejando esa función para más adelante”, aconsejó. Algo parecido dijo la legisladora macrista Gabriela Michetti. “Habría que hacer todos los intentos posibles para armar un frente común”, dijo.

Mientras los referentes del polo opositor preparaban los últimos detalles para firmar un gran acuerdo, desde el kirchnerismo les mandaron un mensaje desafiante. Derrochando confianza, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, pronosticó que el oficialismo ganará en primera vuelta tanto si el candidato es Néstor Kirchner como si la postulante finalmente es su esposa. “Con cualquiera de los dos, ganamos en primera vuelta”, aseguró.