El radicalismo K está de parabienes. La jueza María Servini de Cubría dejó en suspenso la intervención a la UCR mendocina que había determinado el Comité Nacional radical. Las internas partidarias están a la orden del día y el 1º de diciembre se elegirá en un plenario a las nuevas autoridades nacionales, al que están especulando asistir los radicales rebeldes.

Servini de Cubría hizo lugar a una medida cautelar y dejó en suspenso la intervención decidida por el ahora ex presidente del partido Roberto Iglesias y archienemigo del gobernador K, Julio Cobos. En la resolución la jueza entendió que “no surge, prima facie, y en el marco de un análisis de una medida precautoria, que el referido partido se encontrara en un estado de anormalidad institucional, con un alto grado de conflictividad interna como para justificar la medida intervencionista decretada”. La Justicia provincial ya había adoptado este criterio.

Iglesias y sus compañeros de la mesa ejecutiva nacional entendieron que Cobos y sus seguidores incurrieron en conductas antipartidarias y estado de rebeldía. Allegados al mandatario cuyano expresaron a Página/12 que “finalmente el comité provincial y la Justicia acompañan al gobernador. Nunca existió el desacato ni hubo motivos para la intervención. Esto demuestra que es necesario respetar las decisiones de cada distrito”. A su vez, en declaraciones a la prensa, Cobos hizo un llamado a la que será la nueva dirigencia después del próximo plenario. “Se evidencia una etapa previa de conciliación y esperamos que la nueva conducción a nivel nacional sea permeable a lo que opina la mayoría de los militantes y adherentes de la UCR. Estamos en crisis y parece que lo único importante es la discusión de las candidaturas a presidente.”

El radicalismo se encuentra en un proceso de segmentación interna y la política intervencionista es la herramienta que buscaron sus autoridades como un intento de adoctrinar a su tropa. El antecedente más cercano a Mendoza es el de Tierra del Fuego, intervenida desde hace un año, cuando el gobernador de entonces, Jorge Colazo, se proclamó cercano a la política de Néstor Kirchner.

A los sectores marginados que se arriman a la concertación plural de Kirchner que comanda Cobos se suman los seguidores del senador Gerardo Morales, quienes plantean un acuerdo con el ex ministro de Economía Roberto Lavagna, para las elecciones presidenciales del año que viene, y el sector de Margarita Stolbizer, que consideran que el candidato debe ser un radical. Esto desembocó en la renuncia de Iglesias a la conducción máxima partidaria al encontrarse imposibiltado de lograr un consenso entre las distintas propuestas internas del partido.

Para el 1º de diciembre está convocado el plenario que decidirá quién es el nuevo mandamás de la UCR nacional, de lo que resultará un primer esbozo del camino que tomará el radicalismo.