Roberto Lavagna se sinceró ayer y reconoció que la divulgación de su Propuesta a los Argentinos lo deja a las puertas del lanzamiento de su candidatura a la presidencia. “Si quiere verlo así, sí, es posible”, admitió al respecto el ex titular de Economía, quien ya tiene un fogonero de su proyecto en la Capital Federal: Carlos Campolongo anunció su decisión de encabezar en el distrito su coalición “centroprogresista” para 2007. En las filas de PRO se enojaron con la actitud de Lavagna porque entienden que salió a instalarse como candidato para fortalecer su posición en la negociación de una eventual alianza para el año que viene.

La impresión del macrismo sobre la jugada de Lavagna no es errada. Desde el propio entorno del ex ministro de Economía explicaron que el propósito de la publicación de sus ideas de gobierno fue justamente marcar la cancha de cara a la conformación de la coalición con la que saldrá al ruedo electoral. “La Propuesta a los Argentinos expone con claridad los márgenes de la concertación centroprogresita que impulsa Lavagna y establece los ejes centrales que deberán tener en cuenta todos aquellos que quieran sumarse”, remarcó a Página/12 un encumbrado lavagnista.

De todas las propuestas que el ex ministro explicitó, sus operadores destacaron la definición de mantener “un tipo de cambio alto que proteja el trabajo y la producción nacionales” y señalaron que puede marcar una divisoria de aguas a la hora integrar la coalición electoral. “Hay sectores del ‘noventismo’ que no estarían dispuestos a adherir a esa premisa”, evaluaron, para después citar un caso concreto: “Ricardo López Murphy, por ejemplo, siempre defendió un dólar a 2,20, porque le interesa una Argentina financiera y no de la producción, como a Lavagna”.

Lavagna mismo no dejó lugar a dudas al ser consultado sobre la Propuesta de los Argentinos, que establece que el “objetivo central de gobierno para el período 2007-2011 habrá de ser el de llevar adelante un proceso de desarrollo humano” que “salde la deuda social, combatiendo la pobreza y la desigualdad a través de cinco pilares fundamentales”. “A esto –precisó el ex ministro de Economía– no estamos dispuestos a renunciar. Esto es lo que nos da la posibilidad de trabajar ahora en una etapa superadora.”

Las declaraciones de Lavagna terminaron de irritar a los macristas, ya de por sí enojados con su instalación pública como candidato. “Se supone que cualquier negociación debe darse en un pie de igualdad, pero ni siquiera nos sentamos a discutir y ya se instala como candidato”, se quejaron en el equipo político de Mauricio Macri.

Pese al enojo, en público el empresario mantuvo las formas: dijo que el plan difundido por Lavagna le parecía “bien”, aunque “incompleto, porque le falta hablar más de federalismo y, por ejemplo, de política energética”. También manifestó estar “dispuesto a sentarse a dialogar” con el ex funcionario y con todos los sectores de la oposición con una “misma visión de país”, pero precisó que “por ahora no ha habido ninguna vocación de dialogar, así que seguimos trabajando dentro de PRO”.

Decidido a posicionarse en el centro del escenario electoral, Lavagna volvió a cargar también contra el Gobierno, entre otras cosas, por el “deterioro muy grande” en la “calidad institucional”. También cuestionó la instalación de Daniel Scioli en la provincia de Buenos Aires: dijo que para la Casa Rosada hay “gente multipropósito” y denunció que la administración de Néstor Kirchner ha dedicado “una parte central de su tiempo en el tema de las candidaturas: pone, saca, cambia de jurisdicción, va, viene, acuerda, desacuerda”. En ese sentido, agregó que el Presidente está más “preocupado” por las postulaciones que por “las responsabilidades y actividades propias de la gestión”.

La decisión de Lavagna de disputar la presidencia quedó de manifiesto también en su guiño a Campolongo para impulsar su proyecto en la Capital Federal. El ex periodista y actual titular del Ente Regulador de Servicios Públicos porteño anunció que recorrerá “distintos barrios” para divulgar sus propuestas.